Aurora Bosch extraña la época dorada del Ballet Nacional de Cuba

En conferencia de prensa protagonizada por Aurora Bosch, la elogiada bailarina extrañó los tiempos de Fernando Alonso, cuando los bailarines tenían que ser cultos

Aurora Bosch Josefina Méndez Mirtha Pla Loipa Araujo © www.encaribe.org
Aurora Bosch Josefina Méndez Mirtha Pla Loipa Araujo Foto © www.encaribe.org

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Este artículo es de hace 8 años

Luego de conquistar con su exquisita proyección escénica al mundo, a sus 73 años la bailarina y maître Aurora Bosch sobresale como sobreviviente de una época dorada del Ballet Nacional de Cuba, aquella que protagonizaron las cuatro joyas de la danza clásica cubana.

Actualmente, Bosch ilumina con su experiencia y talento el camino de noveles talentos, y del cuerpo de baile, de esta manifestación del arte en Cuba, aunque en reciente conferencia de prensa evocó, con nostalgia, los buenos tiempos de una compañía fundada en 1948 por Alicia, Fernando y Alberto Alonso.


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Precisamente, la bailarina tuvo palabras de elogio para la época en que la compañía era dirigida por Fernando Alonso, quien tuvo que abandonar el puesto de director del Ballet Nacional cuando se separó de Alicia, en 1975, y partió a dirigir el Ballet de Camagüey.

Sobre su labor con los jóvenes, Bosch dijo a Prensa Latina: “He pedido trabajar con el cuerpo de baile porque precisamente esa es la semillita que se siembra. La responsabilidad que tienen los maîtres es precisamente transmitir todas las experiencias anteriores para que no se rompa la cadena”.

Para Bosch es imprescindible que los bailarines tengan en cuenta que su profesión demanda disciplina y cuidado porque utilizan el cuerpo como instrumento. “La cultura de un bailarín es sumamente importante, no es solo hacer pasos, cuando se abra el telón… hay que tener un bagaje interior para poder proyectar sentimientos y sensaciones”.

Al respecto, la artista considera que para la formación integral del bailarín es muy importante visitar museos, asistir a conciertos sinfónicos, disfrutar de una obra de teatro o película, y hasta bailar chachachá o salsa.

Precisamente esa cultura integral, ese instinto y conocimiento, esa sensibilidad y conocimiento de los diversos estilos, para preparar los personajes, es algo que pertenece al pasado, y que se puede ver muy excepcionalmente en figuras del actual Ballet Nacional de Cuba.

Después de una carrera colmada de éxitos, hoy Bosch sobresale como uno de los más sólidos pilares de la escuela cubana de ballet, poseedora de una técnica incomparable. Gracias a tales argumentos, la notable artista puede extrañar con nostalgia la época cuando ser primera figura del Ballet Nacional de Cuba significaba mucho más que prestar el cuerpo mecánicamente, y a veces con cierto virtuosismo, a los pasos y gestos que marca la coreografía.

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Joel del Río

Joel del Río. Periodista, crítico de arte y profesor. Trabaja como redactor de prensa en el ICAIC. Colabora en temas culturales con algunos de los principales medios en Cuba. Ha sido profesor en la FAMCA y la EICTV, de historia del cine y géneros cinematográficos.


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Joel del Río

Joel del Río. Periodista, crítico de arte y profesor. Trabaja como redactor de prensa en el ICAIC. Colabora en temas culturales con algunos de los principales medios en Cuba. Ha sido profesor en la FAMCA y la EICTV, de historia del cine y géneros cinematográficos.