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El diálogo iniciado entre la oposición y el Gobierno de Venezuela con la mediación del Vaticano es una de las últimas balas del país para evitar que la violencia domine el país.
El enviado de la Santa Sede a Caracas, Claudio María Celli, fue más explícito al advertir que "si fracasa el diálogo nacional el único derrotado será el pueblo venezolano porque el camino podría ser el de la sangre". En este sentido alertó del riesgo que supone que haya gente "sin miedo al derramamiento de sangre".
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La realidad a ojos del diplomático es que el país latinoamericano se encuentra inmerso en una situación "muy difícil", según recogió Efe, ya que la escasez de alimentos y medicinas marca el día a día de los ciudadanos.
El presidente emérito del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales en su regreso a Roma relató, para el medio 'La Nación', cómo transcurrieron sus encuentros con los disidente y Nicolás Maduro.
En su cita con los opositores mostró su miedo a que la manifestación programada para el 3 de noviembre, a la postre suspendida, terminara con muertos. "La oposición reflexionó y gracias a Dios suspendieron esta manifestación", afirmó.
Tampoco ahorró detalles al explicar sus dos reuniones con el dirigente chavista. En concreto en la primera de ella el dirigente mostró su compromiso con sentarse a dialogar con la oposición.
"En la segunda, que me pidió él y que fue al día siguiente de la primera reunión plenaria, le dije: señor presidente, esta mañana me encontré con la oposición y hay tres pedidos. Hay que dar señales y éstas no necesitan tiempos bíblicos. Hay que dar señales de que el diálogo es el único camino y que se puede recorrer en este momento. Se lo dije muy claramente", narró Celli.
Calles y espacios públicos militarizados
El embajador del Vaticano, enviado por el papa Francisco para asistir a las primeras reuniones entre el ejecutivo venezolano y la disidencia auspiciadas por el Vaticano y la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), desveló la presencia de "militares por doquier" en Caracas.
En concreto explicó que en las calles de la capital de Venezuela la presencia de policías y militares fue algo habitual en todos los lugares que visitó.
"El Papa goza de un gran prestigio. Las dos partes, así como los cuatro expresidentes que acompañan (Ernesto Samper, José Luis Rodríguez Zapatero, Leonel Fernández y Martín Torrijos) me dijeron claramente que si no estuviese la Santa Sede, la oposición no se encontraría con el Gobierno. Y las dos partes comprenden que o embocan el camino de la violencia o embocan el del diálogo", reportó.
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