Emigrantes cubanos esperan en un campo de refugiados serbio para entrar a Europa

Tras un viaje de más de 12.000 kilómetros, un grupo de cinco emigrantes cubano espera en la frontera Serbia su oportunidad para entrar a Europa y buscar allí unas mejores condiciones de vida

Esteban Trujillo en el campamento de refugiados de Horgos © La Vanguardia/Anna Buj
Esteban Trujillo en el campamento de refugiados de Horgos Foto © La Vanguardia/Anna Buj

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Este artículo es de hace 8 años

La frontera húngara se ha convertido para muchos en la puerta de entrada hacia unas mejores condiciones de vida en países como Alemania, Reino Unido o países del Norte de Europa. La gran mayoría de las personas que se encuentran en esta situación huyen de conflictos bélicos en sus países, principalmente Afganistán y Pankistán.

Sin embargo, en la frontera húngara se encuentran también siete cubanos que han recorrido ya 12.189 kilómetros intentando llegar a un país europeo que les permita mejorar sus condiciones vitales.


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Aunque los cubanos no proceden de un país en conflicto, el procedimiento administrativo que deben seguir para cruzar la frontera es el mismo que deben pasar las personas que provienen de Oriente Medio. Tal y como aclaró la portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados “el derecho a pedir asilo es universal”

Jenly Herrera, enfermero cubano de 33 años, explicó al diario español La Vanguardia cuál ha sido su trayectoria desde que empezó la travesía: “Volamos hasta Rusia, después cogimos otro avión a Montenegro, y luego un tren hasta Belgrado". Bielorrusia, Rusia, Montenegro y Serbia son los únicos tres países europeos que permiten a los cubanos viajar sin visado, lo que explica el periplo de Herrera.

Pese a que Herrera y su pareja llevan seis meses bloqueados junto a más de mil personas en el centro de asilo de Krnjaca consideran que la decisión de abandonar su país natal fue acertada. "Prefiero morirme en cualquier país lejano del mundo que volver con los Castro. Me escupían, me pegaban como a un perro y me discriminaban por ser gay”, señaló Jenly al citado medio.

Herrera relata, además, que llegar hasta la puerta de entrada a Europa le ha supuesto también un sacrificio económico importante. De hecho, tuvo que vender la casa de su madre en el centro de La Habana para sufragar los gastos del viaje. En total gastó más de 1600 dólares en su travesía.

En estos momentos, Jenly mantiene la esperanza de que su esfuerzo le sirva para llegar a España.v"Queremos llegar a España ya porque es un país que quiere a los gays y donde nos podremos casar", señala.

Por su parte, Roselyn Domínguez, otra de las cubanas que se encuentra en la frontera serbia junto a su hija de 9 años y su marido, coincide con Herrera señalando que la situación política de su país fue el detonante para su marcha.

En este sentido, Domínguez señaló al medio español: "Yo me he ido de Cuba porque no podía dar de comer a mi niña y porque no tenía derecho ni a protestar por la situación. La represión política todavía es muy fuerte, digan lo que digan".

El grupo de cubanos lo completan Graciela de la Caridad y Esteban Trujillo quienes se encuentran ya en el campamento de Horgos donde esperan los que cruzarán en los próximos días la frontera. En el caso de Graciela y Esteban mejorar su situación económica fue la motivación de su viaje. Esteban trabajaba de aparcacoches en un hotel y su salario de 20 dólares al mes no le permitía sacar adelante a su familia.

Ahora, a pocos días de cruzar la frontera, Graciela explica las duras condiciones que han soportado en este tiempo mientras esperan cruzar frontera: "Si te digo la verdad, hay muchos días en que me pregunto si todo este duro viaje habrá valido la pena. Estos últimos días están siendo un infierno", explica.

Las situaciones de los cubanos y el resto de las personas que esperan en los campos de refugiados es realmente dramática. Los cupos de entrada impuestos por Budapest suponen que muchos deban esperar mucho tiempo en los campos de refugiados en una situación muy dura.

Por su parte, Herrera, enfermo de VIH denuncia que Leandro, su pareja, y él sólo han recibido tratamiento para su enfermedad una vez en seis meses debido a la escasez de recursos.

La crisis migratoria cubana

Pese a que el viaje de este grupo de cubanos es inusual, las cifras revelan que Cuba vive una gran e incesante oleada migratoria. Los últimos datos publicados por la Oficina de Operaciones en el Terreno del Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras revelaban que, durante el año fiscal 2016, más de 50.000 cubanos han emigrado a EE.UU.

Estos datos suponen un incremento del más del 17% respecto al 2015, en un momento en que preocupa especialmente el aumento de la inmigración por vía marítima en un 65% en tan sólo un año.

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