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El expresidente ejecutivo de la compañía Odebrecht, quien desde el pasado 8 de marzo está condenado a más de 19 años en prisión, ha declarado en el marco de la causa Lava que el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva habría recibido de la constructora hasta ocho millones de reales brasileños, algo más de 2.360.000 dólares al cambio actual.
Este pago en efectivo se habría realizado en compensación por el trato ventajoso que Odebrecht habría recibido por parte de Petrobras segun informas varios medios recogidos por 'Diario de Cuba'. Da la casualidad que la empresa de Odebrecht fue la compañía encargada de la modernización del puerto del Mariel.
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Según las fuentes citadas, Odebrecht hace esta información pública en este momento como parte de una estrategia por la que intentaría que le fuera reducida la pena como recompensar por dar información de la que la fiscalía no dispone.
El pago tuvo lugar tras la salida de Lula de la presidencia
Llama la atención que los pagos se habrían realizado entre 2012 y 2013, cuando el propio Lula ya había abandonado la presidencia brasileña.
Segun informan los medios que recogen la información, no sólo Odebrecht habría confirmado los pagos. También su padre, Emílio Odebrecht; Alexandrino Alencar, quien fuera ejecutivo de la compañía; y Luiz António Mameri, director de la compañía para América Latina y Angola, confirman los hechos.
Según se desprende de las pocas informaciones hechas públicas, dado que todavía hay secreto de sumario, un correo electrónico entre Mameri y Odebrecht hijo podrían confirmar los hechos.
Lula se defiende
El expresidente del Brasil, por su parte, ha tildado esta estrategia de "pacto casi diabólico" entre el juez del caso, Sergio Moro; la prensa; la policía federal y la fiscalía.
Como reportan diferentes medios, en un acto celebrado en su honor llamado 'Por un Brasil justo para todos y para Lula' el exmandatario aseguró que no se sentía cómodo en un acto organizado para defenderle y que lo que le gustaría sería organizar un acto para destapar lo que en su juicio es un complot contra él.
"Yo quiero que ellos presenten una prueba concreta. No acepto la idea de que la convicción vale como prueba" afirmaba Lula ante un entregado público. E insiste: "No cometí ningún crimen antes, durante o después de ejercer como presidente de la República".
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