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En el Museo Nacional de Bellas Artes, de La Habana tendrá lugar la exposición personal de uno de los principales exponentes del Arte Pobre, que representa, desde los años 60, una vertiente caracterizada por la utilización de materiales de fácil obtención como la madera, hojas, rocas, vajillas, placas de plomo o cristal, y vegetales.
Aunque parezca algo menesteroso, y relacionado con la miseria, el Arte Pobre de Pistoletto manifiesta enormes dosis de imaginación y poder de sugerencia, y por ellos se encuentra expuesta en museos de arte y galerías contemporáneas de todo el mundo, como la Tate Gallery, de Londres, y el Museo Reina Sofía, de Madrid.
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Este acercamiento entre La Habana y Pistoletto tampoco será el primero. En la Bienal de La Habana en 2014 el creador intervino la desembocadura del río Almendares, donde verificó uno de sus performances más emblemáticos con la colaboración de artistas cubanos. En esta y en otras de sus obras Pistoletto se sirve de muchos medios: pintura, escultura y performance son algunas de las principales disciplinas expresivas que utiliza.
En mayo de 2015, este artista y teórico llevó la performance Paraíso a la duodécima Bienal de Artes Plásticas de La Habana y recibió el título honoris causa de la Universidad de las Artes de Cuba. También participó en noviembre pasado en el primer Fórum Rebirth Geografías de las Transformaciones, celebrado en la capital cubana, donde explicó su teoría de la trinámica, o interacción activa entre el arte, la ciencia, la política y el medio ambiente.
Pistoletto destaca por enfocarse en provocar una reflexión entre el objeto y la forma que resulta de la incorporación de materiales de la vida cotidiana. Y por ello se interesa en la intervención del público como parte importantísima de la obra y de sus posibles significados y trascendencia.
Tras la inauguración que organiza Bellas Artes, Pistoletto asistirá a un conversatorio el 21 de noviembre, en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, junto a los artistas Jannis Kounellis, de Grecia y Anish Kapoor, de India, quienes acuden también a la apertura de exposiciones personales.
Perteneciente a la generación de los años sesenta, Pistoletto comenzó su actividad artística con obras que incluían de manera activa a su audiencia. Sus pinturas-espejo, iniciadas en 1962 se realizaban con una imagen en papel de seda fijada a una plancha lisa de acero inoxidable. Y así, la inclusión de la audiencia reflejada genera un teatro que varía según las actividades que se llevan a cabo dentro del campo que se refleja de la pintura.
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