Como cada año en vísperas de un nuevo aniversario de La Habana, cientos de cubanos cumplieron con el ritual de darle tres vueltas a la Ceiba ubicada en El Templete, en el Centro Histórico de la ciudad, para pedir buenos augurios.
La ceremonia inició en la mañana de este martes con las palabras del historiador Eusebio Leal, quien recordó el profundo simbolismo que tiene este rito mantenido a lo largo de varias décadas.
Juan Manuel, un artesano de 50 años fue uno de los primeros en recorrer La Ceiba mientras, asegura, pidió prosperidad para el negocio de la venta de cuadros y artículos para el hogar que ha levantado en el Malecón capitalino.
Manuel llegó acompañado de uno de sus hijos menores y de su madre, una anciana de 87 años.
“Siempre trato de venir con mi familia, es una tradición que hemos cumplido desde hace años”, recordó en conversación con CiberCuba.
Decenas de habaneros, turistas y cubanos de otras provincias del país esperaban en una larga fila para recorrer la Ceiba, considerado un árbol sagrado para la religión afrocubana. Algunos arrojaban monedas alrededor del Templete y otros colocaban con humildad prendas personales a los pies del frondoso árbol para que se cumplieran sus deseos.
“La vida me ha golpeado en los últimos meses. Ya fui a la Iglesia del Rincón para pedirle a San Lázaro, porque él nunca me ha fallado. Pero todos los años pasó por aquí porque todas las ayudas vienen bien”, comenta Laura Martínez, una mujer de unos 50 años.
Martínez, pañuelo rojo sobre la cabeza, pantalón negro y pulóver con la bandera del Reino Unido, explica que sus hijos se fueron hace un mes para Estados Unidos sin avisar y su esposo está bajo investigación penal por supuestos delitos de desvío de recursos en una panadería estatal.
“Mis hijos se fueron en una lancha y nunca me avisaron. Al menos me queda la tranquilidad de que llegaron bien y puedan comenzar a ayudarme, pero al principio me costó perdonarles que no me tuvieran al tanto de sus planes. Estoy sola y rezo todos los días por ellos y porque la situación con mi esposa se aclare”, confiesa.
Varias personas arrojan monedas a la ceiba mientas hacen un pequeño círculo en silencio. Hablan casi en murmullos y le dan unos pequeños golpes al tronco del árbol antes de terminar el ritual.
“No creo ni en mi madre, pero siempre vengo a darle vueltas a la ceiba con la gente del barrio. Además hay muchos “yumas” ( extranjeros) y casi siempre se me pega algo”, dice un joven de unos 25 años que prefirió mantener su nombre en el anonimato.
“Vienen muchos turistas y les propongo desde tabacos, ron hasta un recorrido por los barrios menos conocidos y me ganó a veces hasta 20 dólares. Por ejemplo el año pasado me llevé a unas alemanas hasta la iglesia de Regla y me pagaron muy bien. Lo mío es sacar la plata como sea porque la jugada está dura”, señala.
En el Templete se ofició la primera misa en 1492 de la antigua Villa de San Cristóbal de La Habana. Este momento se considera como el acto fundación de esta ciudad que hoy cumple 497 años. Con el paso del tiempo han sembrado nuevos ejemplares de una ceiba que para los cubanos sigue siendo un objeto de culto o adoración, sobre todo en tiempos difíciles….
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