El trovador Silvio Rodríguez sorprendió a los asistentes a su concierto en el Centro Histórico de la Habana con el estreno público de la canción “Para no botar el sofá” (canción editorial), en la que pronuncia frases como “la realidad es un relajo de ineficiencia”, “los vi truncar publicaciones inteligentes”, y “la juventud se fuga en masa y ellos se alteran porque una boca no es de raza o de su acera”.
El fundador de la Nueva Trova había publicado por primera vez la canción en su blog Segunda Cita en octubre pasado pero no la había incluido en su repertorio durante un concierto. Esta presentación fue la número 77 que realiza como parte de su gira por los barrios. Este proyecto lo inició en 2011 y le ha permitido tomarle el pulso a zonas de la periferia de La Habana y de otras provincias del país.
En el nuevo concierto tuvo como invitada a la rapera chilena Ana Tijoux, quien llegó a Cuba para participar en el festival de rock Patria Grande, que inicia este sábado en la Tribuna Antiimperialista José Martí.
Silvio, sobre todo en su primera época como trovador, ha sido un acérrimo crítico de la burocracia y de los funcionarios que aprovechan su estatus para mantener privilegios sin tomar decisiones que contribuyan a la movilidad económica y social del país.
Pero esta canción sorprende sobre todo por el lenguaje directo que emplea para referirse a la parte más incómoda del entorno social de la isla, pues el trovador la mayoría de las veces ha utilizado metáforas y un lenguaje de alto valor poético para aludir a los temas más espinosos de Cuba.
El trovador también ha criticado a la prensa por no reflejar sistemáticamente los problemas del país y omitir contenidos que estimulen a fondo el debate entre el pueblo cubano.
Defensor histórico de la revolución, Rodríguez en los últimos años ha cargado también contra la intolerancia, la doble moral y otros conflictos que lastran a la sociedad cubana.
En su estreno menciona además expresiones como “qué feos se ven los cuadrados queriendo imponer su patrón,
en nombre de lo inmaculado y de una sagrada razón”, mientras alude directamente aquellos que no permiten abordar con valentía la realidad del país escudándose en las permanentes acechanzas del enemigo.
Lo dice por lo claro, por ejemplo, en este verso: “Silencio, porque llega el lobo y te devora; el enemigo acecha todo
y a toda hora.”
El músico, de 69 años, publicó recientemente su disco “Amoríos” y en su próximo material podría grabar esta canción que ya despierta polémica en las redes sociales aunque no se ha radiado en los medios de la isla.
Cibercuba comparte este tema de Silvio acabado de salir del horno que nos recuerda los inicios de un trovador devenido símbolo para Cuba y América Latina.
“Para no botar el sofá” (canción editorial)
Qué feos se ven los cuadrados queriendo imponer su patrón,
en nombre de lo inmaculado y de una sagrada razón.
Sofismas, le llaman algunos; paquetes decimos acá. Y yo, que no creo en ninguno, les veo botar el sofá.
“Silencio, porque llega el lobo y te devora; el enemigo acecha todo y a toda hora.”
Y mientras se imaginan majos de la conciencia, la realidad es un relajo de ineficiencia.
La juventud se fuga en masa y ellos se alteran porque una boca no es de raza o de su acera.
Y, como el cónyuge burlado, una mañana tiran lo menos complicado por la ventana.
Qué poco favor a las luces, qué inútil y amargo disfraz,
mientras lo prohibido seduce sin tener que usar antifaz.
No quiero el abrazo con horma ni el beso como obligación,
no quiero que vicios y dogmas dispongan en mi corazón.
Los vi truncar publicaciones inteligentes y descalificar canciones por diferentes.
Los vi cebando las hogueras de la homofobia, en nombre de falsas banderas y tristes glorias.
Los vi, confiados y seguros lanzando dardos, aparentando jugar duro pero a resguardo.
Los vi, y no es que lo quisiera o lo buscara; los vi en el parto de una era que se alargaba.
Para pronunciar el nosotros, para completar la unidad, habrá que contar con el otro las luces y la oscuridad.
Es grande el camino que falta y mucho lo por corregir.
La vara, cada vez más alta, invita a volar y a seguir.
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