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Con Donald Trump descontando los días y los meses para instalarse en el sillón de la Casa Blanca, que todavía ostenta Barack Obama, las protestas y análisis han marcado las semanas posteriores a la cita electoral en Estados Unidos.
Entre los aspectos que más controversia han generado se encuentra el papel que jugó el voto cubano en el desenlace electoral. En este sentido las últimas cifras publicadas por el Pew Research Center (PRC) aseguran que el 41% de los cubanos en Florida votó por la demócrata Hillary Clinton, pero el 54 por ciento lo hizo por el magnate. Estos datos, pese a todo, generan dudas porque fueron recabados a la salida de los puestos electorales.
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Sin embargo las recientes informaciones de EFE reportaron que, en lugares como Miami-Dade, Clinton cosechó hasta 11 puntos más entre los cubano-estadounidenses que Obama en las anteriores elecciones presidenciales celebradas en 2012.
Estas cifras irían más acordes a la línea de los hispanos no cubanos de Florida, el 71 por ciento de los cuales se decantaron por la opción demócrata, tal y como reportó el PRC. Por su parte, el 35% de los electores latinos optaron por respaldar la opción republicana representada por Trump.
En todo este complejo escenario de cifras, el análisis de Giancarlo Sopo, cubano-estadounidense y fundador de CubaOne; mostró que los datos matemáticos desmienten que Clinton perdiera apoyo cubano por estar de acuerdo con el fin del histórico embargo cubano.
Desigualdad en el voto por estados
Además de la importancia de los votantes latinos, también conviene poner en el foco mediático que los votos no tienen el mismo valor en todos los estados.
En este sentido, a modo de ejemplo, sirve la comparación entre California y Wyoming. El primero tiene una población de 38.800 habitantes, frente a los 584.153 del último territorio. Sin embargo en el estado californiano son necesarios 705.454 para sumar un representante, mientras que en Wyoming solo es necesario que acudan a depositar su voto 194.717. Esto significa que el voto en este enclave estadounidense vale un 362 por ciento más que en California.
Este hechos ayudan a explicar cómo Hillary Clinton, superando en más de un millón de votos a su oponente, claudicó ante el empresario neoyorquino, que se impuso en el sistema de Colegio Electoral.
Es decir, se impuso en las elecciones debido al sistema de Colegio Electoral en el que cada estado adjudica al ganador de la demarcación territorial un número de compromisarios estimado conforme a su peso demográfico y equivalente al número de sus representantes en el Congreso.
El presidente electo se hizo con al menos 290 compromisarios de los 538 de los que adjudica este sistemaa, por lo que pese a tener un menor número de votos a nivel nacional, el republicano ganó en las elecciones del 8 de noviembre.
Un sistema de elección que el líder republicano alabó, a pesar que en 2012 arremetió contra él tras la victoria de Obama sobre Mitt Romney. En aquella ocasión llegó a afirmar que "el colegio electoral es un desastre para nuestra democracia".
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