El próximo 20 de enero, el republicano Donald Trump ocupará la Casa Blanca y tendrá que lidiar con un consistente cúmulo de acciones diseñadas por su predecesor para acabar con la Guerra Fría que desde hace más de cinco décadas mantenía en estado de hostilidad las relaciones de EE.UU con Cuba.
Según recoge un artículo del diario Café Fuerte, el presidente Barack Obama deja cinco paquetes de medidas flexibilizadoras del embargo y los vínculos intergubernamentales, el restablecimiento de relaciones diplomáticas, la salida de Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo y la primera e histórica abstención en Naciones Unidas.
Aunque el gobierno de la isla no ha trabajado en aras de “cumplir” con algunos de los requerimientos de Washington en materia de derechos humanos, las concesiones de Obama se siguen “quedando cortas” ante la retahíla de reclamos en los que continúa insistiendo Raúl Castro.
Casi una veintena de exigencias por parte de Cuba esperan no quedarse aún en el despacho oval una vez Trump llegue a la presidencia. Entre estos reclamos se encuentra autorizar las exportaciones a Cuba de productos estadounidenses para la minería, el turismo, la biotecnología, la producción petrolera.
Otra petición a Obama recae en permitir la importación en EE.UU. de cualquier mercancía fabricada o derivada de productos cultivados, producidos o manufacturados en Cuba por empresas estatales (níquel, azúcar, tabaco, ron u otros). Hasta el momento, solo ha permitido los productos biofarmacéuticos.
De igual forma, La Habana espera que se autorice a ciudadanos de EE.UU. recibir tratamientos médicos en Cuba y pagar por ellos, así como facilitar la colaboración en el desarrollo, comercialización y suministro de medicamentos y productos biomédicos de origen cubano.
En la rama de la salud, también se solicita autorizar a compañías estadounidenses a comercializar tratamientos médicos cubanos en Estados Unidos, y permitir la exportación a Cuba de insumos y equipos médicos que puedan utilizarse en la producción de productos biotecnológicos cubanos.
Otra reclamación es la de eliminar la lista de Nacionales Especialmente Designados, clasificación que se aplica a empresas cubanas o a empresas extranjeras con in¬te¬reses en Cuba. Una vez que alguna compañía recibe este calificativo, se les aplica todas las regulaciones del embargo.
Por último, Cuba pide anular la orden ejecutiva de “pies secos/puies mojados”, establecida tras los acuerdos migratorios de 1995.
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