Con al menos cincuenta libros publicados, casi todos devenidos best sellers, el mexicano Paco Ignacio Taíbo II estuvo en Cuba para protagonizar la Semana de Autor que organiza Casa de las Américas. Ahora se anuncia que el Fondo Editorial Casa de las Américas publicará, tardíamente, Ernesto Guevara, también conocido como el Che (1996), que humanizaba la imagen mítica del también llamado Guerrillero Heroico.
La visita del escritor es momento propicio para presentar a los lectores cubanos esta biografía, en coedición del Fondo Editorial Casa de las Américas y la Fundación Rosa Luxemburgo. Además, el escritor participó en coloquios sobre narrativa policial y lectura en libertad, junto a Benito Taibo, Paloma Saiz, Eduardo Heras León y Leonardo Padura.
El gusto del escritor por recontar a su manera la historia y sus próceres, seguramente se relaciona con el hecho de que proviene de una familia con una larga trayectoria en la vida política española de la República, la Guerra Civil, la Revolución del 34… y, las preguntas propias del movimiento estudiantil de finales de los años sesenta, en la línea de “¿De dónde venimos?”.
De este modo, sus libros suelen contar qué pasó, cómo pasó, cuándo pasó, cómo se contó, cómo se distorsionó, cómo se rescató, qué quedó como eco…y de este modo la famosa biografía del Che es un trabajo de remitificación con los pies puestos sobre la tierra, sin censuras ni edulcorantes.
En una entrevista reciente confesó que la biografía le resulta “porque singulariza ciertos momentos y sobre todo porque construye unos mecanismos de identidad entre el lector y lo narrado que pocas veces se logra cuando haces historia social. Soy yo, no es el extraterrestre, no es el marciano, el héroe intocable: soy yo”.
Paco Ignacio Taíbo II, amante y conocedor de Cuba, opina que a la Revolución cubana le falta “una revisión crítica profunda. Todo era la Sierra y el llano no era nada. Creo que hay un error historiográfico grave. Hay que hacer una historia contrapesada entre la Sierra y el llano. Le falta una revisión crítica y sonriente, sin tener miedo a mirar de frente a tus personajes favoritos. Y usar las fuentes de la dictadura. Nadie las quiere usar. Parece que les da miedo usar las fuentes de la dictadura para analizar y saber qué decía este general batistiano en esos momentos, que creía que estaba salvando al mundo del comunismo”.
El escritor va por el mundo declarando, cada vez que le preguntan, que “no puede haber socialismo sin democracia. Son amigos y compañeros. Sin el debate, sin formulación de ideas, sin crítica interna, sin discusión de proyectos, sin remoción de dirección y de dirigencia, sin cambios, sin que la base decida quién y cómo quiere que la dirija, no puede haber socialismo”.
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