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Unos segundos, y el costo de una cerca, privaron para siempre a una familia de disfrutar de la alegría de un pequeño de tres años de edad que, aprovechando un descuido de los adultos que le cuidaban terminó ahogado en una piscina que no estaba debidamente protegida.
El hecho ocurrió en el 3700 NW 4th, en Lauderhill Florida.
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El menor estaba al cuidado de sus bisabuelos cuando estos en un descuido perdieron de vista al pequeño, un hecho que achacaron, primero, a que este "jugaba a los escondidos".
Según confirmó la policía a los medios, el pequeño solía salir solo e ir a casa de un pariente, que vivía a escasos metros de allí, por lo que los ancianos creyeron después que el menor habría ido a casa de este último y no le prestaron tampoco la debida atención a su desaparición. Luego, con la tardanza, comenzaron la búsqueda.
Al comprobar que no estaba ni dentro de la casa escondido, ni en casa del pariente entraron en pánico y llamaron a la policía que, con la ayuda de oficiales y personal de rescate de bomberos descubrieron que el cuerpo del pequeño yacía en el fondo de la piscina. Como esta se encontraba llena de algas y de escombros, a simple vista no era posible verlo.
A pesar de todos los esfuerzos por reanimarle, el menor fue declarado muerto en el hospital, donde fue trasladado de urgencia, ya que al parecer fueron muchos los minutos que transcurrieron entre haber caído a la piscina, y haber sido encontrado por los equipos de rescate de bomberos de Lauderhill.
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