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El perfil psicológico que la CIA recabó de Fidel Castro se resumía, según el diario 'Clarín' en tres expresiones: narcisista extremo, líder neurótico y ansias por estar en la cima del poder.
Esta era la definición de la Agencia Central de Inteligencia hace 53 años, concretamente en octubre de 1961 con varias capítulos de la historia de Cuba bien recientes. En este sentido hacía seis meses que las tropas del exilio cubano buscaron invadir, con la contribución de EEUU y de John F. Kennedy, la Bahía de Cochinos.
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En el documento se explica en primer lugar que Castro no responde a signos de locura, aunque cuenta con una personalidad inestable y proponso a desestabilizarse en situaciones de presión psicológica.
Los Servicios de Inteligencia norteamericanos destacaron sus ansias de permanecer en el poder, la necesidad de sentirse alabado por las masas, así como la necesidad de enfrentarse a un adversario para sentirse pleno.
Sin embargo, también destacaron su gran capacidad intelectual y sus virtudes como "líder revolucionario y agitado".
Neurótico y dependiente emocional
En el citado informe se advirtió su carácter neurótico y su depedencia emocional hacia el Che Guevara. "Su estabilidad emocional sufriría si Che no mantuviera una actitud firme y positiva hacia él", aseguró el informe recabado por 'Clarín'.
De esta forma en su análisis psicológico se destaca que si Fidel Castro fuese odiado por aquellos a quienes pide aprobación,"el resultado sería un desorden en su personalidad, su ineficacia política e, incluso, una enfermedad emocional clínica como la depresión".
En este sentido los representantes estadounidenses alertaron la inestabilidad que generaba la crítica en el dirigente cubano. "Egoísta, con miedo a la pasividad, en la victoria debe controlarlo todo, sin delegar autoridad. Cuando se enfrenta a la derrota, su primera preocupación es retirarse para reagrupar sus recursos", relató el mencionado informe.
La CIA también defendió que pese a su afan por controlar a las masas "no confía en ellas lo suficiente como para llamar a elecciones". "Su prioridad era mantenerse en la cima del poder y, probablemente, se destruiría a sí mismo y al pueblo cuban, para preservar este estatus", explicaron en los archivos clasificados.
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