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Los nueve días de luto nacional que decretó el Gobierno de Cuba tras la muerte de Fidel Castro han dejado a los turistas sin transporte público, salsa, ni programación televisiva.
Ante esta situación las calles de la mayor de las Antillas acogen a visitantes extranjeros que se han encontrado con un país apagado y silencioso.
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Las vacaciones en la isla se han quedado sin espectáculos y con pocas opciones para el ocio. Así lo confirmó para 'Diario de Cuba' un taxista de La Habana, quien el pasado viernes acercó a unos turistas a una discoteca y a las 12 de la noche se encontraron con un desalojo policial. "Estaban berreadísimos", confesó.
De esta forma las limonadas han sustituido a las cervezas y el ron en las calles como muestra de respeto por el deceso del mayor de los Castro. "Como turista, me gustaría tomar una cerveza, pero es comprensible", relató un turista a 'Martí Noticias'.
Vuelta a los años 90 en los hoteles
Asimismo, según 'Diario de Cuba', se ha recuperado una norma de la década de los 90, ya en desuso desde 2008, y los ciudadanos de la isla no pueden pedir ni consumir bebidas alcohólicas en los recintos hoteleros. En concreto solo los ciudadanos extranjeros pueden pedir este tipo de bebidas.
Espacios de ocio clásicos como El Floridita, bar predilecto del escritor norteamericano Ernest Hemingway en la Habana Vieja, permanecen cerrados al público. Todo ha quedado reducido a escuchar conversaciones sobre música cubana, pero la rumba se encuentra silenciada.
"Es un momento histórico que se recordará. En algunos años podremos decir que estuvimos aquí", aseguró un turista.
Los pocos eventos que quedan en pie están marcados por la solemnidad, tal y como comentó un ciudadano británico al citado medio. "Fuimos a un show el sábado y se canceló, pero el domingo hubo algo que parecía ópera y los artistas estaban todos vestidos de negro", comentó.
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