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El inminente aterrizaje de Donald Trump en la Casa Blanca ha llevado a la administración de Barack Obama a presionar al Gobierno de Cuba para que termine de aceptar los acuerdos que quedan pendientes, según informó 'The Wall Street Journal'.
En este contexto se puede interpretar que el asesor del dirigente afroamericano en materia de seguridad nacional, Ben Rhodes, haya alargado su estancia en la mayor de las Antillas tras participar en los actos fúnebres de Fidel Castro. De hecho está previsto que se reúna con representantes del ejecutivo cubano para revisar el estado actual de las relaciones entre ambos países.
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Más allá de los formalismos, a nadie en el Despacho Oval se le olvida que el magnate republicano ha mostrado, en reiteradas ocasiones, su intención de dejar sin efecto el acercamiento hacia La Habana.
En este escenario el actual gobierno norteamericano espera que compañías como General Electric Co. (GE), Google, Norwegian Cruise Line Holdings Ltd., Royal Caribbean Cruises Ltd o Pearl Seas Cruises obtengan el visto bueno de los dirigentes de la isla para comenzar a operar en territorio caribeño antes de que Trump esté al mando.
Falta ver cuál es la reacción del empresario neoyorquino, quien ya advirtió en las redes sociales que todo pasa por la voluntad de Cuba en seguir negociando. "Si está dispuesta a negociar un mejor acuerdo para el pueblo cubano, el pueblo cubanoamericano y los Estados Unidos en general pondré fin al acuerdo", manifestó.
Algunas de las empresas implicadas en los acuerdos con la mayor de las Antillas ya filtraron en los últimos días su intención de disuadir a Trump para que no derogue ninguna medida de Obama.
Luz verde a acuerdos desiguales
A pesar de la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, la realidad es que las medidas norteamericanas no han supuesto mejoras para el pueblo cubano. De hecho, según el citado medio, el gobierno de Raúl Castro solo ha prestado atención a aspectos con impacto directo sobre el turismo como los vuelos regulares, las tarjetas de crédito o la gestión hotelera.
Una situación que contrasta con la falta de avances en el campo de los derechos humanos y las inversiones. En este sentido el Consejo Comercial y Económico Estados Unidos-Cuba (USCTEC) hizo un balance de las medidas autorizadas desde suelo norteamericano, como el uso del dólar en las transacciones internacionales del gobierno cubano, la ampliación de la lista de productos susceptibles de ser exportados a Cuba, así como la apertura de cuentas bancarias en instituciones estadounidenses radicadas en el país caribeño.
Sin embargo la importación de alimentos y productos agrícolas cubanos siguen paralizadas por el Congreso estadounidense, que bajo su mayoría republicana ha bloqueado un mayor acercamiento.
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