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Washington (EFE).- Desde el equipo de Barack Obama sigue enviando advertencias a Donald Trump sobre las consecuencias que tendría derogar los avances hacia Cuba.
En esta ocasión fue el asesor de Seguridad Nacional del dirigente afroamericano, Ben Rhodes, quien aseguró que un retroceso diplomático sería "increíblemente dañino" para EEUU y para los cubanos, además de "impopular".
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De esta forma constató hoy que "hay incertidumbre" sobre cómo enfocará Trump la política con Cuba y advirtió de las consecuencias de revertir la actual, en una conferencia telefónica con periodistas.
Rhodes subrayó que deshacer los avances alcanzados en viajes, intercambios, negocios y remesas "iría dramáticamente contra los deseos de los cubanos y de los estadounidenses", además de "en contra de los intereses" del país norteamericano.
Como ejemplo del camino andado, señaló que los cambios regulatorios toman mucho tiempo en elaborarse y que todo ese tiempo empleado sería perdido si el nuevo Gobierno desanda los pasos dados.
"Los cambios regulatorios, que llevaron tiempo, han dado capital a los emprendedores cubanos, los viajes dan la fuente de ingreso de muchos cubanos, los estadounidenses han mostrado que quieren poder viajar a Cuba, estamos colaborando en una vacuna potencial del cáncer", enumeró el asesor.
Rhodes habló con cautela acerca de las expectativas del Gobierno Obama sobre el Ejecutivo de Trump y dijo "tener esperanza" en que el magnate comprenda que "esta política es mejor que la anterior de aislamiento, que no funcionó".
En ese sentido, apuntó que en el Gobierno de Trump hay numerosos empresarios y que ese sector se ha mostrado favorable a la apertura con Cuba, incluida la Cámara de Comercio.
Además, defendió que volver a cerrar las puertas con Cuba perjudicaría las relaciones de Estados Unidos en Latinoamérica, que "han mejorado" gracias al fin de la política anterior, que "tenía un gran rechazo en la región".
Rhodes, que acudió a los actos de homenaje del fallecido líder cubano Fidel Castro, argumentó también que "este es el peor momento posible" para cerrarse a la isla, ya que se avecina un momento de "transición" política con la anunciada retirada del presidente Raúl Castro en 2018.
"Si acabas con todo lo que hemos creado, en esa transición va a triunfar la línea dura y nosotros queremos ver que se siguen abriendo", dijo.
Aunque admitió que "hay mucho espacio para el progreso" aún, el asesor de Obama defendió que en estos dos años se ha logrado "un progreso real que ha mejorado la vida de los cubanos y la conexión entre ambos pueblos".
Trump, que en las elecciones primarias republicanas mostró una postura más abierta que sus rivales respecto a Cuba, amenazó tras la muerte de Castro con poner fin al acercamiento diplomático a Cuba a no ser que el Gobierno cubano firme con él "un acuerdo mejor".
Según explicó entonces su portavoz, Trump exigirá a Cuba "la liberación de los presos políticos, el retorno de los fugitivos de la Justicia estadounidense y también la libertad política y religiosa para todos los cubanos que viven bajo opresión".
Rhodes defendió hoy que "aislar al Gobierno para que respete los derechos humanos solo ha servido (en más de medio siglo) para perpetuar esas políticas".
El 17 de diciembre se cumplen dos años desde que Obama y Castro anunciaran el restablecimiento de las relaciones diplomáticas rotas en 1961.
El pasado 14 de octubre, Obama emitió una directiva con la que pretende sellar su política de apertura hacia Cuba y hacerla "irreversible", acompañada de una nueva relajación del embargo para impulsar la cooperación médica y ayudar a mejorar la agricultura e infraestructuras de la isla.
Sin embargo, Trump podría revocar estas medidas al emanar de la Presidencia, mientras que el levantamiento del embargo sigue dependiendo de un Congreso controlado por los republicanos, que se oponen a dar ese paso.
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