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¿Cuál es el verdadero papel de la prensa? ¿Cuál es el objetivo del periodismo? ¿Qué importa más? ¿Publicar de primeros o decir la verdad?
Tal pareciera que los años han cambiado la perspectiva de lo que somos y de cómo debemos ser.
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Tal pareciera que la culpa la tiene la tecnología.
Los "lectores" creen que les basta leer solo 160 caracteres (Twitter), para "conocer" la noticia completa. E incluso, disertar sobre ellas.
Facebook nos ha acostumbrado a "aprender que sucede", así, tan rápido como 3 segundos. Lea solo los titulares, y si acaso la meta descripción que aparece debajo del título. Sí, ya usted es un experto.
Al mal, escapan muy pocos. Incluso esta persona que les escribe, con algunos pocos años tecleando letras en una computadora y "armando noticias" confía en ciertos medios, y guía su instinto por esas letras negras grandes que nos resumen grosso modo, de qué va el resto del artículo.
Pifias he cometido como el que más. No sé quien dijo una vez - Quevedo, Cervantes, no sé - que al mejor escribano se le va un borrón.
Pero un periodista, uno verdadero, siempre tendrá una meta: decir la verdad. A algunos les basta con publicar "su" verdad, o aquella para el medio para el cual trabaja, pero siempre es importante decirla.
Hace tres años, con apenas 150 dólares en mi cuenta de banco, me vi obligado durante 2 meses a colgar epítetos que me sonaban gratuitos. No inventé historias. Si acaso les di un toque melodramático a un par de titulares, pero nunca "insinué nada que no fuera cierto."
No publiqué una historia del año anterior, y dejé "vacía" la oportunidad y el deber de decir que era una historia vieja. El sentido común se impone: si usted no dice "cuándo ocurrieron los hechos" el lector asumirá que el hecho es inmediato. Tampoco confundí con mis letras a un lector, y dejé a su interpretación "descubrir" si Juan, era primo de Pedro. Yo hacía - hago - Periodismo; no escribía ni thrillers, ni obras literarias de ficción.
Un par de veces, omití una fuente, pero nunca fue intencional.
Otras, en el apuro de tiempo hasta olvidaba poner mi nombre debajo de lo que escribía. Nunca amplié el vídeo en la pantalla para "desaparecer" el logo de la fuente original.
Hoy me escribió alguien. Me pedía ayuda sobre "un amigo desaparecido"; le pedí el testimonio y evitó dármelo. Luego me mencionó el nombre de un periodista muy conocido y expresó:
"Yo le mandé la foto a _____ y él publicó la historia"
¿Y cómo él sabe que es verdad lo que tú le dices?, pregunté yo.
No hubo más respuestas. Apenas unas gracias "escuálidas y conmovedoras" de su parte para salir del paso por "haberme robado mi tiempo."
¿Y qué periodista es ese que alguien, un John Doe le cuenta una historia, y rápido se vuelca sobre su perfil de Facebook y "les da alante a todos" con la primicia?
¿Alguien puede creer ciegamente en que otro publique solo porque lo dijo "''él" aunque no tenga pruebas?
Hay un deber. Recuérdenlo. Decir la verdad.
No ser el primero en decirla.
Tal como nos enseña aquí debajo Denzel Washington.
Roberto Lamelo
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