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Por lo visto, la prensa cinematográfica acreditada en Estados Unidos, encargada de postular a los creadores y entregarles el Globo de Oro, se ha cansado del sonsonete respecto a que este premio puede verse cual adelanto del Oscar, y este año las nominaciones se apartan, por suerte, de lo que seguramente incluirá la competencia por la célebre estatuilla.
Como el Globo de Oro nomina cinco dramas y cinco comedias o musicales, la división le permite reconocer mayor número de títulos que el Oscar suele pasar por alto en tanto la comedia pocas veces ha figurado entre los géneros agraciados por la Academia.
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En cuanto a la categoría de mejor drama, se esperaba la presencia de Moonlight y Manchester by the Sea, (que seguramente serán también reconocidas en el Oscar) pero fueron eludidas apuestas casi seguras como Jackie y Loving, mientras que prefirieron el drama bélico religioso Hacksaw Ridge, y el oeste muy poco conocido Hell or High Water.
Y si bien Jackie y Loving fueron excluidas de la terna como mejores dramas del año, sus protagonistas fueron consideradas merecedoras de nominaciones como mejores actrices del año. Me refiero a Natalie Portman y Ruth Negga, quienes se enfrentan a Jessica Chastain por Miss Sloane, la sorpresiva Isabelle Huppert por Elle, y Amy Adams, que probablemente sea la agraciada tanto en el Globo como en el Oscar por The Arrival.
Entre los actores postulados en drama, los grandes favoritos resultan Casey Affleck, por Manchester by the Sea, y en menor medida, Joel Edgerton, por Loving, Pero la gran sorpresa fue que los periodistas nominadores recordaran la prodigiosa actuaciones de Viggo Mortensen en esa pequeña película titulada Mister Fantastic, y olvidaran a estrellas más que reconocidas como Tom Hanks en Sully.
En cuanto a la comedia, todo el mundo sabe que La La Land se llevará el Globo a casa, pero al mismo tiempo estimula ver una competencia tan variada que incluye la tragicomedia Florence Foster Jenkins (con Meryl Streep haciendo el papel de la peor cantante del mundo) y el musical irlandés Sing Street.
Pero las tres sorpresas más contundentes de las nominaciones al Globo de Oro provinieron de los mejores actores en la categoría de comedia o musical: por supuesto que está Ryan Gosling, por La La Land, junto con Hugh Grant, decidido por la tragicomedia sobre el ridículo que es Florence Foster Jenkins; Colin Farrell en la muy artística y simbólica The Lobster, y Ryan Reynolds por el superhéroe atípico que hace en Deadpool.
Colin Farrell consigue vestirse de gran actor en The Lobster, que fue producida en 2015 (otra razón para sorprenderse con semejante nominación) y fue elogiada internacionalmente en su carácter de comedia distópica y absurda, con fuertes elementos de tragedia autoral.
En cuanto al mejor director, el Globo quiso arriesgarse poco incluyendo a tres favoritos como Damien Chazelle por La La Land; Kenneth Lonergan por Manchester by the Sea y Barry Jenkins, por Moonlight. Con semejantes competidores suena a consolación las presencias de los otros dos nominados: Tom Ford, por Nocturnal Animals, y Mel Gibson, con Hacksaw Ridge.
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