El Consejo de Estado y de Ministros de Cuba baraja implantar a perpetuidad la prohibición de pronunciar “Buenos días” en radio y televisión, comprobados su efectos positivos sobre la población durante el pasado luto de 9 días por la muerte del mandatario Fidel Castro.
La propuesta, sugerida a las máximas instancias del Gobierno por el propio ICRT (organismo estatal encargado de los medios en la Isla), busca prolongar los beneficios de dicha prohibición en la comunicación audiovisual en Cuba, según un funcionario de ese organismo que pidió a nuestra redacción mantener el anonimato:
“Al principio pensamos que sería contraproducente corporativamente de cara al exterior, tanto por la descortesía de negar el saludo a nuestro pueblo como por la imagen de sumisión casi norcoreana del ICRT ante orientaciones absurdas venidas de arriba. Pero al final la subida de audiencia nos hizo darle la razón al invencible Comandante Raúl”.
Según describe este funcionario, dicha prohibición disparó las audiencias, sobre todo las del estelar informativo, a cuotas no alcanzadas desde que el paquete semanal circula en la Isla robándole el público a la televisión estatal.
“La gente ponía el noticiero y se clavaba delante de la pantalla solo para darse el gusto de ver a los locutores pálidos como un papel, cagados vivos de que se les escapara el temido ‘buenos días’, y con los celulares siempre listos en mano para grabar el ‘imprevisto’, si surgía”.
A los beneficios mencionados se sumarían otros recogidos por encuestas y medidores de satisfacción que el ICRT maneja a nivel interno: “Hemos constatado el alivio de los televidentes cuando no le recuerdan, con el dichoso ‘buenos días,’ que han madrugado para ir a fajarse con una guagua para ir a la pincha sin nada caliente en el estómago. Algunos hasta se han curado de la manía de contestarle al aparato diciendo “¿que buenos días de qué?”.
La verdad es que la gente durante el período de duelo sintió como que le quitaban un peso de encima: ¡hasta se les pasaba el mal genio ese que uno tiene cuando se levanta temprano y no deja pasar una!”, declaró el funcionario.
Precisamente el estelar de la televisión cubana resultaría el más favorecido con la prohibición, ahorrándole a los televidentes la decepción de comprobar que en los noticieros lo único que cambia son precisamente el ‘buenos días’, el ‘buenas tardes’ o el ‘buenas noches’, pues todo lo demás sigue igual: el día entero las mismas noticias, los mismos reportajes, las mismas secciones y en el mismo orden: “las mismas cabeceras y musiquitas de fondo que viste y calza: solo cambian las caras y las voces”.
Según este mismo funcionario, solo se mantendría a efectos prácticos el ‘Buenas Tardes’ y el ‘Buenas Noches’, por la impresión que tiene la gente de que ya ha dejado atrás lo peor de la jornada, pero “que ni siquiera esos ya estarían seguros tampoco”.
La medida del gobierno iría acompañada por una decisión de gran calado con el fin de prestigiar al ICRT nacional e internacionalmente: designar como su nuevo director a una figura curtida durante décadas en todos los medios de difusión masiva cubanos: el trovador Silvio Rodríguez.
“Sería una decisión muy justa ―apunta el funcionario sobre su próximo director― pues solo la clarividencia poética de Silvio nos liberó de sopetón a los cubanos del formalismo hipócrita ese de ponerle adjetivos mongos como ‘buenos’, ‘malos’, o ‘reguleros’ a cosas tan simples como los ‘días’, qué coño”.
Nada de lo que acabas de leer es cierto ¡FELIZ DÍA DE LOS INOCENTES!
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