Habla el cubano condenado por no ver los funerales de Fidel Castro

"Me llevaron a la estación de policía después y allí dijeron que yo había 'ofendido' al comandante"

Funerales de Fidel Castro © CiberCuba
Funerales de Fidel Castro Foto © CiberCuba

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Este artículo es de hace 7 años

El cubano Darío Pérez Rodríguez, condenado a un año de prisión por negarse a ver los funerales del expresidente Fidel Castro en su centro laboral, fue liberado temporalmente este jueves “de manera inesperada”.

Según el afectado, que habló con el diario Martí Noticias, su liberación vino de la mano de una orden policial que lo obliga a presentarse el próximo día 11 en el tribunal, donde le indicarán en qué establecimiento penitenciario debe cumplir el resto de la condena.


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"Soy víctima del régimen que estoy viviendo, por tener ideas y pensamientos diferentes a los demás", dijo a Martí Noticias el cubano, residente en la oriental provincia de Holguín, y quien es también hermano de un miembro activo de la organización opositora UNPACU.

Según relató Pérez a la publicación, los hechos se desataron cuando expresó en voz alta en su centro de trabajo: "'A mí no me gusta ver la basura esa”.

“Pero el día 2 usé otra palabra, como eran cenizas dije: '¡Me voy antes de que me coja la leche en polvo!' Lo dije como una broma. Y mi compañero me dijo: 'Eso es un delito muy grave'", contó.

"Me llevaron a la estación de policía después y allí alguien preguntó y le dijeron que yo había 'ofendido' al comandante", añadió.

La condena, que se hizo pública el pasado miércoles, justifica la pena de privación de libertad por un delito de "difamación a los mártires de la patria", como establece el artículo 204 del Código Penal.

Mientras estuvo detenido en la estación, miembros de la policía le dijeron " que era una escoria, un gusano". Según el entrevistado, un policía ordenó: "Llévenselo de aquí antes de que le reviente la cabeza".

El condenado explicó que no piensa apelar: "No, con esa cosa no tienes beneficio, no tienes derecho a nada. Si hago la apelación es por gusto. Si hubiera matado a alguien o hubiera robado, a lo mejor quizás aceptan eso, pero por las ideas mías es difícil que mejore. Si hago la apelación es para empeorar".

Asimismo, señaló a Martí Noticias su preocupación por su familia que depende económicamente de él, especialmente su hijo enfermo.

"Tengo un niño con problemas de salud mental, que es lo que me tiene desequilibrado. Ahora cumple 18 años. Cuando yo trabajaba ayudaba a mi esposa, mi suegro, que es una persona de 86 años, mi niño y mi hermano, por la situación en que está. Ahora en esta situación, ya me veo en cero. Ya mi vida cambió, me veo condenado a la suerte", concluyó.

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