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Sergio Acosta Peña es un veterano periodista cubano que se desempeñó como corresponsal de prensa durante muchos años en Europa, lo que lo llevó a ser testigo presencial en varios momentos de conflictos bélicos.
Su extensa carrera le llevó durante el año 2009 a la frontera mexicana. Allí, junto a Enrique Morones, realizó un documental multimedia titulado "Esperando la Reforma Migratoria".
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Siete años después, Sergio volvió a contactar a Enrique Morones para que este, desde su papel de fundador de "Angeles de la Frontera", y como veterano luchador por los derechos de los emigrantes, abordara junto a él, el tema de la finalización de la Ley de Pies Secos, Pies Mojados, y cómo esta puede repercutir negativamente en la vida de estos emigrantes.
La entrevista, en su totalidad puede ser consultada en el siguiente enlace.
CiberCuba reproduce la misma, con la autorización expresa de su autor.
ENTREVISTA A ENRIQUE MORONES SOBRE FENOMENO MIGRATORIO CUBANO TRAS FINALIZACION DE LA POLITICA DE PIES SECOS, PIES MOJADOS
Si hay alguien que conoce la frontera de EE.UU. con México es Enrique Morones. Desde 1986, cuando fundó Ángeles de la Frontera, da la batalla por los migrantes, su legalización, asesoría legal y por salvarles la vida en la peligrosa travesía, junto a otros voluntarios.
Enrique, desde su base en San Diego, California, refiere que 11 mil personas han muerto en el cruce desde 1994, y ahora que los cubanos están en una situación semejante a la de otros le preocupan los riesgos que pueden correr.
Sergio Acosta: El 12 de enero el Presidente Obama firmó el decreto por el cual eliminaba la política de Pies Secos/Pies Mojados. ¿Qué información tienes de lo que puede estar pasando desde entonces con los cubanos?
Enrique Morones: Me sorprendió mucho ese cambio de política y lo siento por los que están en tránsito por México y otros países. Es una injusticia que no puedan conseguir visas para venir a EE.UU., porque muchos iniciaron su viaje anticipándose al viernes, que es cuando cambia la presidencia de EE.UU., y están ahora atorados y desesperados. Nosotros, Ángeles de la Frontera, estamos ofreciendo apoyo en lo que podamos, tenemos abogados de migración gratis, estamos muy activos en el terreno. Nuestro consejo a todos es que tengan mucho cuidado en cruzar el desierto y las montañas porque cada día mueren una o dos personas, es muy peligroso. Esto ha sido una sorpresa para todos, es importante que en el país donde estén, como el mío, México, los tratemos con dignidad, con respeto y que los ayudemos, como se ha hecho en muchos casos con nuestros hermanos de Haití. Ahora vamos a tener a nuestros hermanos de Cuba en una situación más desesperante todavía y hay que apoyarlos.
S.A. Usted conoce muy bien esa frontera y han hecho un trabajo impresionante desde 1986 en todos los aspectos. Esta medida ha tomado a los cubanos por sorpresa. Ellos utilizaban sobre todo los puntos fronterizos más al este, por Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, que son limítrofes con Texas. ¿Ahí también existen esos peligros y esa situación grave, que es más conocida hacia el extremo occidental, hacia el Pacífico?
E.M. Definitivamente, el territorio es un poquito diferente geográficamente, pero los riesgos continúan. El flujo desde México no necesariamente está bajando y ha cambiado en los últimos 5 años. Como sabes, después del muro de 1994 en el occidente, el lugar por donde cruzaban los migrantes en general era por ahí por California, pero después del 11 de septiembre cambió, y la mayoría empezó a cruzar por Arizona, y hace 5 años de nuevo cambió y la mayoría se va a Texas. ¿Por qué? Porque geográficamente, aparte de los cubanos, los grupos más grandes son los centroamericanos, y para ellos es geográficamente más cercano que irse hacia la frontera con California y Arizona. Pero sí hay peligro en el terreno, hay grupos de odio, especialmente se han incrementado con la llegada del nuevo presidente. Hay que tener mucho cuidado, hay mucho fraude, mucho robo, terreno difícil, animales como culebras y otros. Yo recomiendo que no arriesguen intentando cruzar, pero para mí es muy fácil decirlo, yo no estoy en la situación desesperante que están muchos.
S.A. Los cubanos estaban acostumbrados a llegar a la frontera, pedir el parole, y automáticamente podían entrar a EE.UU. Esto ahora ha cambiado. ¿Qué recomienda a los migrantes cubanos que se encuentran en una situación desesperada del lado mexicano, muchos sin nada, y están valorando la opción de pasar? ¿Además estarán expuestos a traficantes de personas o coyotes?
E.M. Que tengan mucho cuidado, porque como hay gente muy buena y va a querer ayudar, también muy mala que va a querer tomar ventaja. Deben ir con las Iglesias, con las asociaciones civiles, con las que se sientan cómodos, explicar su situación para que les den consejos, para que puedan hablar con autoridades, con abogados de migración. Muchas de las organizaciones, como la nuestra, cuentan con abogados del lado mexicano en Baja California al sur de San Diego. Desafortunadamente no tenemos en los estados que mencionaste al sur de Texas, pero hay otras organizaciones que sí tienen. Es importante hablar con ellos, explicarles la situación, no darle dinero a gente por adelantado, que posiblemente les va a robar. Mucho ojo. La situación de los cubanos es incierta y hay muchas dudas de qué va a pasar durante los últimos días antes de la llegada del nuevo presidente y también después, pues asume una persona no elegida por la mayoría y muy peligrosa.
S.A. Usted aconseja no emprender el camino, pero si aun así lo deciden, ¿cómo deberían prepararse?
E.M. El terreno es muy diferente en todas las áreas. Deben pensar que van a estar caminando solos por varios días. No hay manera de llevar suficiente agua, ni de prever nada. Mi recomendación más fuerte es que no arriesguen, yo sé que muchos lo van a hacer, como hay muchos que lo hacen ahora. Siempre tratar de viajar con otra persona, no estar solo, y hablar con personas de confianza y que ya hayan tenido esta experiencia, para saber con quiénes y cómo cruzaron. Es importante estar bien preparado, saber los riesgos, y que hay gente que muere todos los días. Ninguno de los 11 mil que han muerto desde 1994 pensaban que iban a morir. Siempre decían: yo sé cómo hacerlo, a mí no me va a pasar, yo estoy fuerte, etc. Los 11 mil muertos pensaban eso.
S.A. La derogación de la política Pies Secos/Pies Mojados equipara ahora a los cubanos con el resto de los migrantes. Si deciden finalmente pasar, llegar a las autoridades y pedir asilo político, ¿qué proceso les espera y cómo es lo del llamado “miedo creíble” para procesarlos? ¿Qué permite la ley y qué derechos da?
E.M. Con los cubanos estamos ante algo nuevo. Lo que está pasando con otros grupos, como los refugiados de Haití, por ejemplo, es que llegan a la frontera, se entregan a las autoridades, dicen que piden asilo, esperando que les hagan una entrevista. No todos reciben ese derecho, no es automático. Para los cubanos que sean aceptados, la recomendación es que expliquen su situación, las razones que tienen, y el temor de ser regresados, que podrían estar en la cárcel o cosas peores. Es muy importante explicar que tienen familiares viviendo en EE.UU., si es el caso. Pero no hay garantía ni siquiera de que los vayan a escuchar. Estados Unidos no es el país que da más asilo, hay otros países que dan mucho más. La mayoría de los solicitantes de asilo en EE.UU. son regresados. Los hermanos haitianos muchos de ellos han decidido quedarse en México. Esa es una opción que deben considerar los cubanos, hablando con las autoridades mexicanas y con los grupos civiles en la frontera con México. No hay garantía de ello tampoco, pero por lo menos estamos hablando de países hermanos con el mismo idioma, tradiciones, etc.
S.A. Los cubanos, si piden el asilo y quieren llegar a una entrevista ¿tienen algún derecho más?
E.M. No tienen ningún derecho. La ONU y los convenios internacionales dicen que una persona puede cruzar fronteras por razones políticas o de hambre, o porque quieren estar con su familia, etc., pero EE.UU. no respeta eso. Hay muchos casos, y no hay garantías. Desafortunadamente, mucho depende de la suerte de la persona con el funcionario de turno. Pueden alegar su situación, pero no hay ninguna garantía de que los van a aceptar.
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