"Salté mi mejor registro de todos los tiempos y ni siquiera es reconocido como récord nacional"

"Después de casi una década, en el 2010, recibo mi ciudadanía británica y comienzo a representar al Reino Unido. Bajo esa bandera, me sitúo quinta en el Mundial de Daegú 2011 y con 39 años, en el 2012, gano el Mundial Bajo Techo de Estambul, Turquía, convirtiéndome en la segunda atleta más veterana en conseguirlo"

Yamilé Aldama © CNN/Vintage olympians
Yamilé Aldama Foto © CNN/Vintage olympians

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Este artículo es de hace 7 años

Creo no equivocarme si digo que la triplista Yamilé Aldama es la única atleta nacida en el Verde Caimán que defiende tres banderas en grandes competiciones, incluyendo Juegos Olímpicos, siempre con resultados. A sus 44 abriles aún manifiesta su decisión de no alejarse del deporte.

“Nací en Las Cañas. Empecé jugando ajedrez en la escuela primaria pero era hiperactiva, y dejé el tranquilo juego ciencia por jugar voleibol. Allí fui muy buena, pero mientras mis compañeras crecían yo me quedaba pequeña, aunque saltaba muchísimo. A esas alturas, vinieron los compañeros del programa televisivo 'A Jugar' y, en medio de los ensayos, desde las gradas me observaba la profesora Rosario Caballero, quien me invitó a la Ciudad Deportiva para competir en atletismo.


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“Sabes que los niños empiezan en un pentatlón. Por mi actuación me matricularon en la Escuela Primaria deportiva “Alfredo Sosa” y de ahí no paré hasta la EIDE “Mártires de Barbados”.

Ya en la Escuela de Iniciación Deportiva del Cotorro, Yamilé empieza como vallista entrenada por Maritza La Guardia, pero otra profe, Reglita Sandrini, la logra arrastrar para el área de saltos.

“Sin embargo, y a pesar de venir de la pirámide del alto rendimiento, por cosas que pasan en la vida, llego tarde al equipo Cuba. Primero, le ganaba a las mejores en el salto de altura. A Loamnet Quintero que fue monarca mundial en Sttugart, la derrotaba entre las juveniles con marca de hasta un metro 88 y 1.90, en entrenamiento.

“Pero, al igual que en el voly y las vallas, al no crecer me fui a hacer eventos múltiples. En sólo dos meses de preparación sumé 5.500 puntos. La jabalina se me daba muy bien pero era foul en la velocidad. Por eso decidí cambiarme a la longitud y el triple, pero no sería fácil”.

Efectivamente, nada fácil le fue. No eran pocos los que no accedían a este pedido pero ahí vendría el apoyo de un gran ser humano, un gran dirigente y amigo, el recientemente fallecido Jesús Molina, por entonces comisionado nacional de atletismo, quien accedió al cambio, pero Yamilé optó entonces por tomarse un año sabático que a punto estuvo de quebrarle su exitosa carrera.

“Bueno, después de hacer cuanto quise vino a verme mi querida profe Regla Sandrini y me convenció de regresar. Comencé fuera de la selección con Carlos Amador, quien preparaba a una serie de atletas que, como yo, habíamos salido del alto rendimiento.

“No voy a contar todo lo que pasó pues la entrevista sería interminable: entrenábamos afuera del estadio en la pista de calentamiento.

“Nosotros hicimos las carrileras de salto con nuestras manos. No nos dejaban comer en la instalación porque no formábamos parte de la matrícula. Así y todo pude competir en la Copa Cuba del 94 y con trece metros 95 centímetros le gané a Niurka Montalvo, Eloína Echevarría y Laisa Carrillo, todas de la preselección.”

Yamilé Aldama entra finalmente a la selección nacional bajo la égida del preparador Sigfredo Banderas (Carlos Amador estuvo apenas tres meses trabajando con él y después fue alejado del equipo), logró su boleto para competir en los Panamericanos de Mar del Plata 95 pero, ya en el aeropuerto, su pasaporte tenía errores y la capitalina no pudo asistir.

“Tú me conoces Julita, me imaginas, ¿verdad? Pero en lugar de de caer, hice lo contrario. Me puse las pilas y llegué a los Juegos Olímpicos de Atlanta en muy buena forma. Andaba bien pegada a los quince metros, por los catorce metros 90 centímetros. Hice un magnífico entrenamiento en la altura azteca pero cuando no era una cosa era la otra. En el mismo primer salto me lesioné y ahí mismo se escapó mi oportunidad de acceder al podio olímpico.

“En ese cuatrienio gané medallas y fui finalista en importantes justas como el Mundial de Sevilla 99 -segunda con 14 metros 61 centímetros, oro en los Panamericanos de Winnipeg del propio 99 con 14.77, y cuarta en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 con 14.30.

“Precisamente al regresar a La Habana desde la cita australiana, a finales de ese 2000, conocí al que hoy es mi esposo, padre de mis dos hijos, un escocés del que sigo enamorada, mi querido Andrew Doddf, quien vino a pasar un curso en la Universidad de La Habana. Nos casamos un año después y ya en septiembre del 2001 di a luz al primero de mis bebés, Amil, que ya cumplió los quince y está en décimo grado; el segundo, Diego, con sus seis añitos está ahora en segundo.

Me fui cuando contraje matrimonio, no por problemas políticos sino porque todos tenemos el derecho de luchar por un futuro distinto, de elegir lo que queremos hacer.

“Pero ¡qué difícil fue! Era la mejor del mundo, no perdía con nadie entre el 2002 y el 2003. Salté mi mejor registro de todos los tiempos, quince metros 29 centímetros con la camiseta de Cuba en el pecho, en el mítin de Roma 2003, y ni siquiera es reconocido como récord nacional por Cuba.

En estos momentos para las autoridades del campo y pista cubano los 15.28 de Yargelis Savigne son los que están vigentes como plusmarca nacional.

“Competí tres años por mi cuenta, ¿sabes? Solo en mítines, ligas, no en eventos como Mundiales y Olimpiadas. Y eso que le propuse compartir, a partes iguales, mis entonces muy abundantes ganancias, con la Federación Cubana, pero ni aún así.”

Soy del pensar de que el cubano -esté donde esté- que quiera representar sus cuatro letras, debe ser aceptado, pero, lamentablemente, mi opinión no cuenta. Por eso comparto ese sentir de la capitalina.

De esta forma, Yamilé comienza a competir por Sudán en el 2004 y se convierte en una de las triplistas más importantes del continente africano junto a la impresionante camerunesa Francoise Mbango Etone. En la cita del orbe invernal de Budapest 2004, Yamilé se alza con la plata, al saltar 14.91. En los Olímpicos de Atenas se ubica quinta. En ese propio año establece marca nacional sudanesa con quince metros 28 centímetros. Fue cuarta en el Mundial de Helsinki y bronce en el bajo techo de Moscú 2006. Campeona de los Juegos Africanos y plata en la Copa del Mundo de 2000. Quedó fuera de la final en los Juegos de Beijing.

Después de casi una década, en el 2010, recibo mi ciudadanía británica y comienzo a representar al Reino Unido. Bajo esa bandera, me sitúo quinta en el Mundial de Daegú 2011 y con 39 años, en el 2012, gano el Mundial Bajo Techo de Estambul, Turquía, convirtiéndome en la segunda atleta más veterana en conseguirlo.

“Tras esa actuación puse mi mirada en los Juegos de Londres. Me sentía a full, como una muchachita ante su primera competencia.

"Estaba bien, muy bien, pero nuevamente la vida me corrió una mala pasada. Me lesioné apenas dos meses antes y a puro corazón quedé quinta con catorce metros 48 centímetros. Esa justa la ganó la kazaja Olga Rypakova con 14.98. O sea, de haber estado yo bien, había de todo. Y para Río 2016, se lesionó mi Talón de Aquiles, fui operada en julio y todavía estoy rehabilitándome. Es una rehabilitación larga, pero si me recupero de que vuelvo, vuelvo. En estos momentos trabajo con mi hijo mayor en el tenis y atiendo un grupo de niños que practican el salto de altura.”

Yamilé Aldama, considerada una triplista de fuerza, adquirió velocidad con entrenadores ingleses, “corría más con 39 años que con 20”. Cree que entre las féminas, la rusa Tatiana Levedeva y la colombiana Caterine Ibargüen, y entre los varones, el británico Jonathan Edwards, son los mejores triplistas de todos los tiempos.

“He vivido muy bien, estoy orgullosa de mi vida. Soy feliz ¿Que me hubiese gustado ver siempre la bandera cubana sobre mis triunfos? Claro. Pero no me arrepiento de nada. Soy lo que soy por el sistema de enseñanza y deportes de Cuba. Donde me paro lo digo. A ellos les debo mi título universitario. Ojalá y pudieran admitirnos a todos, si todos somos de ellos. Pero, mientras no cambien su forma de ver el presente y el futuro, yo sigo aquí y no te asombres si alguien te dice: ¡Yamilé Aldama está boxeando o jugando tenis!”

Y es que esta deportista cubana será por siempre la chica entusiasta, indomable, que se cae y se levanta; la misma que cambiaba de look como de vestido; lo mismo con los moñitos que con pelo lacio, de un solo color o de varios; la misma que se teñía las cejas y era la modelo del atletismo cubano ¡un verdadero show de mujer!

La acción de Yamilé Aldama me signó para toda mi vida

Nos encontrábamos las dos en el Campeonato Mundial de Atletismo de Sevilla, uno de esos grandes eventos a los que asistí sin un centavo en el bolsillo. Yo estaba durmiendo en casa de una prima lejana que vivía en el pueblo de Bormujos, en las afueras de la ardiente ciudad bañada por el Guadalquivir.

Era la noche en que Yamilé, con un brinco de 14 metros 61 centímetros, quedaba en plata detrás de la controversial griega Tsiamita Paraskevi.

Pero la historia conmigo comenzó a la salida del estadio de la Cartuja, cuando yo con mi camarita de juguete (con la cual hice el documental de ese mundial) la entrevisté. Al concluir la entrevista, Yamilé aún muy exaltada, muy jubilosa, me preguntó que qué me pasaba porque mi rostro demostraba gran cansancio “¿Dónde te quedas? ¿Comes?”, me dijo, y yo le conté mi historia.

Inmediatamente, aquella morena nacida en el barrio de las Cañas, muy cerca de mí, por el parque Manila en el Cerro, intercambió su credencial con la mía, la viró al revés y me hizo subir al ómnibus de los atletas rumbo a su hotel. Ella, con la mía de periodista entró después, casi cuando el ómnibus partía, y nadie preguntó nada.

Así entramos al hotel, y allí fui a su cuarto. Ella y Yumisleydis Cumbá, nuestra balista campeona olímpica, me llevaron comida, jugos, dulces y Yamilé me dijo “quédate a dormir aquí tranquila, yo me voy con Yumi para su habitación. Recupérate y duerme”.

Hay personas y personas; algunas marcan para toda la vida y para mí, una de esas personas especiales en mi vida es Yamilé Aldama.

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos