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La novela 1984 escrita a mediados del siglo XX por George Orvell y considerada una de las obras maestras del siglo XX ha aparecido recientemente en distintos rankings de publicaciones más vendidas.
Aunque cuando el escritor británico concibió su obra no pensó en una sociedad como la actual sino en los totalitarismos del siglo XX y, especialmente el estalinismo, la llegada al poder de Donald Trump ha vuelto a poner de actualidad algunos conceptos definidos por primera vez en la obra.
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Llaman la atención los parelelismos que establecen los expertos entre la realidad y conceptos de la novela, como es el caso de el Ministerio de la Verdad. En 1984 el protagonista trabaja en el Ministerio de la Verdad, institución que tiene como objetivo proporcionar a los ciudadanos la distinción entre los hechos verdaderos y los hechos falsos.
La ferocidad con la que la administración Trump defiende los hechos verdaderos y ataca las noticias supuestamente falsas proporcionando una visión alternativa de los hechos reproduciría exactamente el trabajo del Ministerio de la Verdad.
En este sentido, el término “hechos alternativos” acuñado por una de las asesoras de Donald Trump ha llevado también a analistas y expertos a buscar su paralelismo en la novela de Orvell.Así Martin Barron, director The Washington Post, señaló esta analogía en una conferencia en Madrid donde citó un fragmento de la novela: “El partido te pide que rechaces lo que ven tus ojos y escuchan tus oídos".
Además, la ferocidad con la que Trump ataca en Twitter a sus adversarios es una práctica que podría encontrar su símil en la novla, según expertos del diario El País en el concepto“policía del pensamiento” o los “dos minutos de odio”. En esos “dos minutos de odio” Trump ataca ferozmente con escuetos mensajes a sus adversarios, mensajes simples que sirven para poner sobre el escenario los enemigos a odiar por la masa.
Según el citado medio, esta práctica que el presidente estadounidenses utiliza de manera casi diaria sirve para mostrar su rechazo a derechos fundamentales en cualquier estado democrático como son la libertad de expresión, la libertad de prensa, el derecho de reunión y el derecho de opinión.
Orvell también predijo en su novela la notable influencia de la televisión, una influencia que podríamos extender hoy también al resto de medios. Medios que el magnate considera siempre y cuando defiendan sus tesis y no supongan ninguna incomodidad.
Observando el trato que da Donald Trump a los medios que no defienden lo que él considera verdad absoluta, su pretensión podría ser que los medios adoptarán la nuevalengua, otro de los conceptos acuñados en 1984.
Citando la novela: “El propósito de la nuevalengua no era sólo proporcionar un medio de expresión a la visión del mundo y los hábitos mentales de los devotos del Socing [la ideología dominante en el mundo orwelliano], sino que fuese imposible cualquier otro modo de pensar”
“La intención era que cuando se adoptara definitivamente la nuevalengua y se hubiese olvidado la viejalengua, cualquier pensamiento herético fuese inconcebible, al menos en la medida en el pensamiento que depende de las palabras”.
Actualizando los conceptos de la obra literaria y observando su aplicación en la era Trump no es de extrañar que 1984 sea el único de los clásicos que se encuentre en la lista de los 50 libros más vendidos de 2016 publicada por la plataforma de librerías españolas LibriRed.
En Estados Unidos, lógicamente, el fenómeno es más intenso. Así una portavoz de la editorial Signet Classics, que publica anualmente el libro señaló que desde la toma de posesión de Trump las ventas de 1984 se han incrementado un 100%.
El fenómeno también se nota en Amazon donde el libro ocupa el número o 1 en la lista de best-sellers deamazon.com y el número 16 en la lista de más vendidos en amazon.es.
No obstante, las ventas de 1984 no sólo se han disparado tras la llegada al poder de Trump sino el fenómeno ha ocurrido en otras ocasiones debido a la capacidad de la obra para describir y criticar la sociedad en la que vivimos.
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