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La pista cubierta de Sabadell, España, se ha convertido en el templo sagrado de la fondista Genzebe Dibaba. Como en 2016, la etíope eligió ese óvalo para intentar destrozar un récord del mundo. Aquella vez se quedó a solo un paso del tope de los 3.000 metros, aunque dejó para la historia la segunda marca de todos los tiempos (8.22.51 minutos). Pero este martes sí cumplió su objetivo.
Dibaba logró una nueva cota mundial en los 2.000 m indoor, con tiempo de 5:23.75 en la reunión internacional de Cataluña. Esta resultó su séptima marca planetaria, seis de ellas sin poder observar el cielo.
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El antiguo primado databa de marzo de 1998 en poder de la pequeñita rumana Gabriela Szabo, con 5.30.53. Es decir, la africana lo mejoró en casi siete segundos, pero debió mantener un ritmo de 32 segundos por vuelta y pasar los primeros mil metros en 2.45 minutos; casi nada.
A sus 25 años de edad, la reconocida como la «Atleta del año» por parte de la IAAF en 2015, demostró por qué es una de las mejores del planeta en carreras de largo aliento. Todavía llama la atención su derrota ante la keniata Faith Chepngetich Kipyegon en los 1.500 de Río de Janeiro 2016. Nadie pensó que culminaría apenas con la presea de plata, después de una temporada de ensueño.
Esta grandeza casi que le viene desde la cuna. Sus hermanas también guardan en casa no pocas medallas ganadas en certámenes de primerísimo nivel. Genzebe, que es considerada la pequeñita del hogar, siguió los pasos de Ejegayehu, medallista olímpica, y sobre todo de Tirunesh, una de las mejores de siempre en las pistas.
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