El vicepresidente de Venezuela, Tareck El Aissami, sigue en el ojo del huracán al conocerse que un presunto testaferro del dirigente adquirió una mansión en Miami valorada en 16,5 millones de dólares, según informó 'Univisión Noticias'.
El inmueble, situado en la zona exclusiva de Gables Estates, lo pagó al contado el empresario venezolano Samark López y por el doble de lo que costó en marzo de 2014.
Estas informaciones llegan después que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos vinculara a Tareck El Aissami con el narcotráfico. De hecho para la administración norteamericana López es el "principal testaferro" del número dos del ejecutivo chavista.
La mansión cuenta con nueve habitaciones, nueve baños, una sala de cine, ascensor, pisos de mármol y un muelle ubicado frente al canal del Lago Minore.
La propiedad está a nombre de una empresa situada en Miami y cuya dirección es la misma de un apartamento que fue incautado a López esta semana en la zona de Brickell dentro de una investigación por tráfico de drogas abierta por la Oficina de Bienes Extranjeros del Departamento del Tesoro (OFAC). Sin embargo la lujosa mansión no figura dentro de los bienes decomisados.
Samark López es un empresario de 42 años muy vinculado al Gobierno de Venezuela del cual ha obtenido contratos multimillonarios del sector petrolero y alimenticio.
Asimismo tanto López como El Aissami han declarado ser amigos, a pesar de que el financiero ha negado los cargos que le imputa la OFAC.
El ejecutivo es conocido por llevar un elevado tren de vida, algo que ha dejado claro en varias ocasiones su esposa Loisinette Leiva, con la que tiene tres hijos.
En este sentido las redes sociales de su pareja muestran al supuesto testaferro con relojes de lujo, valorados en hasta 665.000 dólares, viajando en avión privado y en fastuosas celebraciones.
El Gobierno de EEUU le acusa de ser la cara del vicepresidente de Venezuela en operaciones de narcotráfico y lavado de dinero.
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