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El Barça conquistó el Vicente Calderón ante un Atlétio de Madrid que, defintivamente, dimite de la Liga y queda a la espera de que la Champions League de todas alegrías que no está dando esta temporada el campeonato de la regularidad.
Los de Luis Enrique se impusieron después de un partido espeso y gris, especialmente en un primera parte donde los colchoneros apretaron y obligaron a multiplicarse a Ter Stegen.
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Pero la diferencia radicó en que en las filas azulgrana juega Leo Messi, que volvió a aparecer para dar tres puntos imprescindibles en la lucha por la liga. Y lo hizo anotando un tanto a cuatro minutos del final cuando todo hacía indicar que el choque acabaría en tablas.
El astro argentino se ha convertido en los últimos tiempos en el principal verdugo de Simeone, que vio cómo su equipo empataba el tanto inicial de Rafinha cuando el Barça todavía estaba digiriendo la alegría. Fue en una jugada a pelota parada que cabeceó impecable Godín.
La segunda mitad sirvió para ver los goles y un fútbol poco brillante que endulzó la MSN ante un Atlético de Madrid que no propuso ninguna alternativa para cambiar el signo del partido.
El triunfo coloca provisionalmente líder al conjunto barcelonista y sirve para presionar al Real Madrid, que se queda sin margen de error para conservar el primer puesto.
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