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A una semana de que quedara suspendida la recepción de SMS del extranjero a líneas celulares cubanas, todavía no existe una explicación plausible de la interrupción ni, mucho menos, indicios de si se restablecerá una vía de comunicación tan útil como demandada.
Los principales afectados, como suele ser la norma en estos casos, son los usuarios cubanos -tanto los que desde el extranjero se comunicaban con sus familiares y amigos como los que desde la Isla dependían, en muchas ocasiones casi exclusivamente, de unos pocos caracteres para saber de sus lejanos seres queridos.
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Sin embargo, los daños de la suspensión de recepción de SMS en móviles cubanos no afectan solo a los cubanos y sus relaciones personales, sino que está también dañando al sector del cuentapropismo en la Isla, en particular, al de los alquileres de casas gestionados a través de AirBnb.
Según información recibida en nuestra redacción, muchos de los arrendadores de casas o apartamentos en Cuba -donde la baja conectividad hace que no se disponga de acceso inmediato o barato a la red-, esperaban a recibir en sus celulares SMS de confirmación de reserva para posteriormente conectarse a la red -fundamentalmente desde uno de los 327 puntos WIFI distribuidos por todo el país- para continuar con el proceso.
Desde que el pasado 21 de febrero quedara cortado el envío de SMS a Cuba desde el extranjero, sin embargo, este procedimiento se ha visto afectado y, con ello, un negocio del que dependen tantas familias cubanas y que tanto beneficia al sector del turismo en la Isla.
Es de suponer, no obstante, que este no sea el único modelo de negocio afectado pues en la Isla donde, pese a las muchas limitaciones que hay ya existen unos 4 millones de líneas celulares, que han favorecido no solo las comunicaciones internas sino el intercambio con el exterior y el florecimiento del emergente sector por cuenta propia.
Sobre estas interrupciones del tan socorrido servicio de recepción de mensajería instantánea desde el exertior no ha habido, en cambio, pronunciamiento oficial ni por parte de la empresa estatal de telecomunicaciones cubana ni de los muchos medios de comunicación y difusión en la Isla.
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