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Todo sea en aras de agilizar el juego…
La Major League Baseball y el gremio de peloteros anunciaron recientemente un acuerdo que permitirá conceder las bases por bolas intencionales sin necesidad de realizar los cuatro lanzamientos, cambio que ya entró en vigencia en los juegos de pretemporada en Florida y Arizona.
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Así, a partir de ahora bastará con que el manager le indique al umpire que quiere dar una base por bolas para que este último le ordene avanzar hasta la primera almohada al bateador.
El reporte de AP también hace referencia a otras dos modificaciones anunciadas.
La primera, referida a la 5.07, señala que el pitcher no podrá alterar el movimiento de su pie pivote o tomar un segundo pasado en dirección al plato en el ofrecimiento. Si el lanzador quebranta la regla con un corredor en base, el umpire deberá cantar balk. Si no hay corredores, el pitcheo será considerado como ilegal bajo la regla 6.02(b).
La segunda, en tanto, se vincula con la regla 5.03, y precisa que los coaches en las bases deberán colocarse detrás de la línea de la caja de coach que esté más cerca al plato y enfrente de la línea que va de manera paralela a la línea de foul previo a cada lanzamiento. El coach solo podrá salirse de la caja para dar señales a un jugador luego de que la pelota esté en juego.
Por otra parte, en torno a las revisiones de video la normativa indica un límite de 30 segundos para que el manager decida si reta o no una jugada. Y si un director ha agotado sus retos en un partido, el umpire podrá solicitar una revisión en video para despejar dudas sobre un batazo que pudo haber sido jonrón a partir del octavo inning, un inning más tarde de lo que se hizo el año pasado.
Igualmente ha quedado prohibido que los equipos usen marcadores sobre el terreno de juego que sirvan como guía para ubicar defensivamente a sus jugadores de posición.
En realidad, el comisionado Rob Manfred pretendía cambios aún más radicales que el de la base intencional para acelerar los juegos. Sin embargo, el sindicato de peloteros se resistió a elevar la zona de strike, a permitir el uso del cronómetro para medir el tiempo entre los lanzamientos, y a limitar las visitas al montículo.
La demora de los choques de pelota –habitualmente próximos a las tres horas de juego, con unos tiempos “muertos” llamativos- ha sido siempre uno de los señalamientos esgrimidos por los detractores del pasatiempo.
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