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El manager de la selección cubana, Carlos Martí, tiene claro que el Clásico Mundial es un torneo deportivo y no la guerra. De ahí que antes del decisivo partido de esta noche frente a Australia, lo que les va a decir a sus pupilos es que “se trata de un juego de pelota“ y los exhortará a salir “a divertirse”.
“No hay preocupación. Tenemos experiencia con eso; no esperamos una derrota, pero tampoco se acabaría el mundo si perdemos”, le dijo a Radio Habana Cuba.
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El veterano mentor se refirió también al mítin que sostuvo con el equipo una vez concluido el tercer inning ante China, alegando que tuvo que exigirles mayor agresividad a sus jugadores.
“Estaban algo relajados y acostumbrándose al juego del rival”, dijo. “Y eso no es bueno. Tuvimos que hablarles como hablamos los cubanos para motivarlos”.
Luego consideró que Cuba dispone de un conjunto “que no tiene bateadores de mucha fuerza pero es rápido, de tacto, y puede trabajar la velocidad en función de la ofensiva”.
Al valorar el estado de forma ofensiva del grupo que dirige, Martí señaló que “se está conectando con fortaleza y los muchachos le están pegando con técnica a la bola”, pero que lo que más le llama la atención es el “derroche de coraje” que vienen haciendo.
El auriga del team Cuba reiteró que ante Australia todos los lanzadores “tienen que estar en disposición”, especialmente el abridor Lázaro Blanco y los relevistas del encuentro versus China (Vladimir García, Liván Moinelo y Miguel Lahera).
Por último, enfatizó que “la importancia del partido (de esta noche) es alta, pero no le podemos meter presión al colectivo, sino confianza, mucha confianza”.
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