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Apenas restan unas horas para el regreso de Yuriorkis Gamboa al cuadrilátero. Será este 11 de marzo, en Verona, Nueva York, cuando un ciclón, de origen cubano, enfrentará al nicaragüense René “El Gemelo” Alvarado.
Ambos están bajo el amparo de la firma Golden Boy Promotions, y buscan el empuje suficiente para entrar en el bombo de las veladas de primer nivel, de las bolsas económicas más jugosas.
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Pero el caribeño desea más, anhela recuperar su grandeza, la misma que lo encumbró en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, y que lo convirtió en campeón mundial profesional, en referente de una generación de pugilistas nacidos en su Isla.
El pinolero, en cambio, sabe que esta es su oportunidad de oro; la mejor de su carrera. Ese punto que puede suponer una inflexión en su historia, sin importar su edad, tampoco su currículo. De ahí que su viaje este miércoles último hacia Estados Unidos haya estado lleno de ilusiones, de sueños, de ansias de regresar a la tierra del genial Rubén Darío protegido por un puñado de elogios.
“No me siento presionado, sé que esto es difícil pero solo debo hacer en la pelea lo que ya practiqué en el gimnasio. Voy a tratar de contragolpear, de no quedármele parado”, manifestó “El Gemelo” antes de su viaje.
Táctica que será difícil de cumplir. El cubano tiene manos que aparecen y desaparecen como fantasmas y sus dotes de fajador constante han marcado positivamente su trayectoria. “Espero que todo salga a mi favor esa noche”, espetó el pinolero, consciente del enorme reto que tiene ante sí.
“El Gemelo” no ve acción desde el 2015 cuando derrotó a Jayson Vélez en el Fantasy Springs Casino, en California, en tanto “El Ciclón de Guantánamo” no pelea desde diciembre del propio año.
El combate está pactado a diez asaltos en las 130 libras. Gamboa tiene marca de 25 victorias, 17 de ellas por nocauts, y una derrota, mientras que Alvarado suma 24-7 y 16 KO. Se acerca el ahora o nunca.
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