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Jeff Sessions, fiscal general de los Estados Unidos, pidió el pasado viernes la renuncia de 46 fiscales que fueron nombrados por el presidente Obama.
Según informa el diario '20 minutos' de España, el objetivo al pedir la renuncia es conseguir una transferencia de poderes "uniforme".
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La tradición estadounidense es que los fiscales renuncien a su puesto cuando un nuevo gobierno toma posesión. Mientras un nuevo fiscal es nombrado, un fiscal de carrera ocupa el puesto provisionalmente.
En el caso de la última transición de Obama a Trump, la tradición se mantuvo aunque 46 fiscales optaron por no seguirla y mantenerse en activo.
El fiscal general ha pedido las renuncias
Es por ello que "el fiscal general ha pedido a los 46 fiscales de Estados Unidos, cuyo nombramiento depende del presidente, que presenten sus dimisiones para asegurar una transición uniforme", comunicó Sarah Isgur Flores del departamento de Justicia.
En las elecciones de 2008, Obama permitió que los fiscales nombrados por el presidente Bush se mantuvieran en su puesto hasta que se designara un nuevo fiscal.
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