La directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), Mariela Castro Espín, aprovechó su presencia como invitada en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG) para repasar la actualidad de Cuba.
La hija del presidente Raúl Castro opinó sobre el cambio de modelo que debe afrontar la isla y rechazó que se vaya a producir un giro hacia el capitalismo. "El pueblo no quiere virar al capitalismo. Seguimos inventando el socialismo", aseguró al periódico mexicano 'La Jornada'.
En este sentido se atrevió a vaticinar que Cuba "se mantendrá con su proyecto socialista", mientras detalló que las relaciones con Estados Unidos no han cambiado a raíz de las políticas migratorias impulsadas por Trump.
"Quisiera que el mismo trato (que se da a los cubanos) se lo dieran a los inmigrantes de todo el mundo que llegan a Estados Unidos buscando mejores condiciones económicas, que es lo que los atrae. Lo que no queremos es la Ley de Ajuste para los cubanos, porque estimula la migración desordenada, ilegal y además peligrosa, lo ideal es que faciliten las visas necesarias para que puedan viajar sin peligro", añadió.
El veto a Felipe Calderón y el fin del embargo
Su estancia en certamen cinematográfico sirvio para que Mariela Castro recibiera el premio Maguey por su activismo a favor de los derechos de la comunidad homosexual, de los derechos de las mujeres y la prevención del VIH Sida.
Además en una conversación con el citado medio relató qué motivó al Gobierno de Cuba a vetar la entrada al expresidente azteca Felipe Calderón, que debía acudir a la entrega del Premio Oswaldo Payá, Verdad y Vida.
"Como dijo el papa Francisco: América Latina sufre la existencia de algunos cipayos. Nosotros no les abrimos la puerta a los vendepatrias", afirmó.
También aprovechó para hablar sobre el presunto fin del embargo y la entrada de capital extranjero a la mayor de las Antillas.
"El límite (de la entrada de capital) sería no generar una clase social antagónica a las que históricamente han sido explotadas y desposeídas. Lo que el pueblo de Cuba no quiere es que surjan clases sociales antagónicas, porque eso ya lo superamos con la Revolución, por tanto, el Estado y el Partido observan y cuidan que no haya una clase social con capacidad de influencia en lo político y que se beneficie de eso", agregó.
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