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La abrumadora derrota de Cuba ante Holanda eliminó nuevamente en segunda ronda a la selección nacional en un Clásico Mundial de Béisbol. Las 14 anotaciones recibidas por la férrea ofensiva de los europeos dejaron mal parados a los pitchers y al equipo, en sentido general.
La historia cuenta que este nocaut es el segundo que recibe una selección de nuestro país en un evento de nivel. Antes solo se había cedido 12x2 ante Puerto Rico, en marzo de 2006, durante el Primer Clásico.
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Ahora todos hacen leña del árbol caído, lo cual resulta insólito porque se conocía de la calidad de un cuerpo de lanzadores limitado, inefectivo y descontrolado, y de una ofensiva endeble, poco productiva e inexperta.
Dictaminada la sentencia desde la lejana ciudad de Tokio, un tema cobra hoy más fuerza que nunca. La mayoría pide a gritos el llamado equipo unificado, tema que ni el mismísimo periódico Granma, Órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, puede ya disimular.
De acuerdo con el periodista Oscar Sánchez Serra, enviado especial al evento y subdirector del rotativo, la situación “no se resuelve con la participación de los peloteros cubano que juegan en la Major League Baseball (MLB)”.
En efecto, Sánchez Serra expone que de esa manera el problema seguiría sin solución. Según su criterio, hay que jugar pelota en Cuba, “si la queremos tanto hay que empoderarla”, expuso.
En su comentario "A la pelota le está prohibido perder bochornosamente", publicado este miércoles 15 de marzo, el cronista manifiesta que “creo en la grandeza de estos hombres que encararon la lid, conociendo de antemano que las semifinales era un coto vedado para sus cualidades. Pero también creo que debieron, aunque la tarea era engorrosa, cuidar la imagen del béisbol de su país, de algo tan sagrado para su cultura y su orgullo nacional”.
Una pregunta, ¿cómo esos jóvenes llenos de “grandeza” pueden cuidar una imagen si no tienen las armas para defenderse? Podrán pelear, no darse por vencidos, pero no ganarán una guerra pérdida antes del primer lanzamiento. A este paso Cuba tendrá el año que viene una selección aún más débil que esta eliminada en Japón.
Quieran o no, y si el verdadero deseo es cuidar “algo tan sagrado para su cultura y su orgullo nacional”, los decisores no deben demorar más lo que resulta inevitable. Solo un team unificado nos privaría de bochornos y actuaciones que no muestran la realidad beisbolera de un país que cuenta con activos suficientes para ser plus y no virus.
¿Acaso no dicen que Revolución es, entre muchas otras cosas, sentido del momento histórico y que, además, es cambiar todo lo que puede ser cambiado.? Pues nada, hoy vivimos tiempos de cambios porque desde hace rato comprendimos el significado del momento.
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