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Un atinado reportaje de una estudiante de Periodismo para Cubadebate recoge algunas de las razones por las cuales los célebres Juegos Caribe de la Universidad de La Habana cuentan con cada vez menos participación y desempeño de las facultades.
Con vista a la clausura de los Caribe este viernes, la periodista Thalia Fuentes indagó sobre algunos malestares que obstaculizan y laceran la motivación de los jóvenes universitarios a participar en este evento deportivo, celebrado anualmente desde hace cinco décadas en el estadio Juan Abrantes (SEDER).
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Entre las principales problemáticas que afectan la masividad en la participación destaca la “desmotivación generalizada y generacional de los estudiantes universitarios, cada vez menos interesados en realizar tareas fuera del estudio”, según la opinión de la estudiante Claudia Jáuregui, presidenta de la FEU de la facultad de Economía.
Una encuesta realizada a los estudiantes de la U.H reveló que influye en la participación de los atletas la coincidencia de los horarios entre las clases y los juegos y la falta de información con respecto al calendario.
“Todos sabemos que la mayoría de los competidores no son atletas preparados ni de alto rendimiento, participan en los diferentes deportes para representar a las facultades, y casi siempre son los que se arriesgan a perder clases. Si se ajustara el calendario en horarios no docentes, la realidad de los Caribe fuera otra”, afirmó Senén Alonso, estudiante de Letras.
La estudiante Yaquelín Sansó efatizó por su parte que la organización de los Juegos ha presentado “problemas en la transportación de los estudiantes a los lugares de competencia, así como en lo que respecta a las instalaciones que nos prestan”.
“A veces solicitamos esas instalaciones y nos dicen que no puede ser porque hay entrenamientos de los equipos nacionales. En esos casos se hacen los reajustes y aunque otro día se realizan las competencias, eso es lo más importante”, añadió.
Otra dificultad grave es la falta de implementos deportivos en el SEDER, “porque en la industria tampoco los hay y aun teniendo el presupuesto para adquirirlos no se encuentran”, apunta la publicación.
En cuanto a la escasez del equipamiento, el alumno Juan Pablo Cabrera puntualizó que han sido los deportes colectivos los mayores afectados: “En el fútbol sala, jugamos con una sola pelota y, para colmo, prestada. Lo trasmitimos a los directivos de la Universidad pero no tuvimos solución”.
De igual forma, el reporte califica de alarmante la llegada tardía del SIUM (ambulancias y personal paramédico) en algunas competencias. “La mayoría de los deportes son peligrosos y necesitan de supervisión especializada, por ende la presencia de los médicos es indispensable para la realización de los eventos”, apuntó.
“Otra barrera a superar ha sido la mala preparación de los árbitros en casi todas las disciplinas deportivas. Sus actuaciones, en la mayoría de los casos, generan problemas, pues son muy tolerantes y a veces las equivocaciones perjudican a algunos de los competidores”, refirió el deportista Ronniel Tellez.
Al respecto, Claudia Jáuregui opinó que “tener jueces especializados realmente sería mucho más transparente pues serían incuestionables para los atletas. El fútbol once, por ejemplo, lo arbitran especialistas de la Federación Internacional de Fútbol Amateur”.
Por su parte, Eleanis González, miembro del secretariado de la FEU, consideró que a pesar de que el estadio universitario colabora con esta tarea, falta personal calificado en cada modalidad deportiva. “Yo creo que eso debería ser una tarea a cumplir para los próximos Caribe”.
(Con información de Cubadebate)
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