En los últimos 15 años, Cuba ha perdido casi 30 mil millones de dólares como consecuencia de los impactos de huracanes y sequías, señaló la representante de la región de Latinoamérica y el Caribe para el Programa Mundial de Alimentos (PMA), Laura Melo.
Esta pérdida se refleja con más severidad en el sector agroalimentario, precisó en recientes declaraciones a Prensa Latina la funcionaria, quien se presentó el miércoles en el foro internacional de Cubagua, que sesiona en el capitalino Palacio de las Convenciones.
En 20 municipios de las provincias orientales tiene lugar una investigación iniciada a mediados de 2016 y que cubre las localidades más afectadas por el déficit de precipitaciones.
“Este estudio se encuentra en la actualidad bajo ensayos pilotos con vistas a probar la pertinencia de las variables definidas mediante la labor conjunta de distintas entidades cubanas”, destacó Melo.
Las sequías no son desastres en sí mismas, explica Melo, llegan a cobrar esa dimensión en la medida en que las personas, las comunidades y los países sean más o menos vulnerables, de ahí la importancia de los esfuerzos de Cuba.
La frecuencia de desastres naturales aumentó 3,6 veces en medio siglo, y los mayores estragos habitualmente estuvieron concentrados en las comunidades y los hogares más pobres, recordó.
Un análisis prospectivo del PMA hasta 2080 incluye a Cuba entre los territorios bajo amenaza de inseguridad alimentaria debido a las modificaciones del clima, alertó finalmente la especialista.
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