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Una fuente cercana a la familia del presidente norteamericano, Donald Trump, ha revelado que el radical cambio de postura de Trump hacia Siria se produjo a raíz de la cólera que despertó en Ivanka el presunto ataque químico, ocurrido el pasado martes 4 de abril, en una localidad en la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria.
Hay que tener en cuenta que durante su campaña, Donald Trump había manifestado una postura antiintervencionista en Siria, algo que cambió rotundamente tras ordenar el lanzamiento de 59 misiles a un aeródromo militar sirio.
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El pasado viernes, el diario británico Daily Express citaba bajo anonimato esa fuente familiar, que habría afirmado lo siguiente: “Ivanka está teniendo cada vez más influencia sobre su padre (…) aconsejó a su padre insistiéndole en que era necesario tomar acciones contra (el presidente sirio, Bashar) al-Asad de alguna forma”.
Según cita The Independent, a Ivanka le había molestado mucho la “falta de una respuesta directa en los primeros momentos del ataque (químico) en Siria”.
A ello se suma que el mismo viernes Ivanka Trump publicó en Twitter que se sentía “orgullosa” de su padre tras la decisión de atacar el aeródromo militar de Al-Shairat, en Homs (centro de Siria).
La hija favorita del presidente norteamericano publicó: “Los tiempos en que vivimos exigen la toma de decisiones difíciles” y subrayó: “Estoy orgullosa de mi padre por negarse a aceptar estos horrendos crímenes contra la humanidad”.
Aunque un buen número de países declaró estar de acuerdo con el ataque, e incluso la acción militar encontró apoyo entre los propios demócratas, en la línea contraria se han colocado Vladímir Putin y, por supuesto, algunas naciones como Cuba o Irán.
El lanzamiento de misiles tuvo lugar antes que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y que la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) confirmen los resultados de su investigación sobre el ataque químico de Idlib.
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