Vídeos relacionados:
El siete de abril del 1967 nació en el seno de una humilde familia villaclareña, la que sería una de las más portentosas jugadoras del baloncesto cubano de todos los tiempos: María Elena “la Lupe” León.
“Como muchas veces sucede, yo no era la deportista de la famiia. Era mi hermana, “La Lupe” León, también basquebolista. Yo la iba a ver a los entrenamientos, y así me empezó aquella cosquillita por el deporte de las cestas.
Lo más leído hoy:
“Comencé a los siete años guiada por Armando Ávalos. Yo nunca estudié en la EIDE sino en una especie de Academia Deportiva, dedicada por entero a la práctica del baloncesto y el voleibol. Allí fui captada, a los once años para la Escuela de Talentos en La Habana, conocida como Plan Gigante.”
Lupita, así fue nombrada en sus inicios por ser la hermanita de la Lupe, era una verdadera fiera sobre la cancha, moviendo el juego lo mismo de dos que de tres, o sea, desde defensa atacadora hasta alera. Jugadora en extremo inteligente, sabía apoyar a la base en eso de guiar el partido. Analizaba al contrario y por ahí mismo daba el golpe. Eficiente en el contra ataque y certera en sus disparos.
“Estuve 22 años en la selección nacional. Representé a Cuba en Juegos Juveniles de la Amistad, comenzando mi larga carrera. En total puedo hablarte de mi paso nada menos que por seis Juegos Panamericanos; siete Centrocaribeños; cinco Campeonatos del Orbe; tres Olimpiadas”.
Comparto el recuerdo con La Lupe de aquellos maravillosos Juegos Olímpicos de Barcelona 92, cuando el equipo femenino de básquet rozó el podio al perder en dramático y muy comentado partido frente a las estadounidenses, en juego que se recuerda por la pésima actuación arbitral, ampliamente favorable al cuadro norteño.
“Llegamos a Barcelona con el tremendo resultado del Mundial de Malasia 90, donde alcanzamos las medallas de bronce. Tremendo equipo aquel, capaz de lidiar con las mejores (Dalia Henry, Leonor Borrel, Yamilé Martínez, Lissette Castillo, Grisel Herrera, entre otras), pero nos llevaron recio los imparciales en el choque antes Estados Unidos. Son cosas del deporte. Ellas eran muy buenas también y jugamos a matarnos. Malasia y Barcelona son mis dos grandes eventos; eso no se discute.
“Ahora, si hablamos de equipo, para mí el mejor es el que presentamos en los Juegos Centroamericanos y del Caribe La Habana 82. Margarita Skeet, doña Leonor Borrel, Bárbara Bécquer, María Moré, Mayté Borrero.¡espectacular elenco aquel!
“Yo tuve buenos entrenadores y directores técnicos en la selección nacional, a pesar de que a veces eran demasiado exigentes, pero después recogíamos la cosecha.”
Lamentablemente, de aquel nivel ubicado en la élite mundial, el básquet femenino cubano (ni qué hablar del masculino, mucho peor aún), ha ido descendiendo paulatinamente y, aunque se han hecho esfuerzos, se han invertido recursos, se ha trabajado con ahínco en su rescate por parte del cuerpo de dirección encabezado por Alberto Zabala, no se recoge aún el fruto anhelado.
“Como yo veo las cosas la carencia de jugadoras altas da al traste con todo lo que se haga. También influye la falta de nivel en el Campeonato Nacional, el poco fogueo internacional imprescindible para los deportes colectivos. Yo recuerdo en mis tiempos, aquellos Nacionales en los que nos matábamos en las canchas; había rivalidad, sana rivalidad.
Yo recuerdo en mis tiempos, aquellos Nacionales en los que nos matábamos en las canchas; había rivalidad, sana rivalidad
“Ahora los técnicos salen a buscar talentos altos, y los encuentran pero, o se van para el voleibol, o andan pensando en pajaritos, o sea, en las musarañas. Jugar con las computadoras, ser modelos o bailarinas.¿Basquebolistas? No, ¡por Dios!”
María Elena León se encuentra actualmente prestando su ayuda como entrenadora del deporte que tanto ama en El Salvador. En Villa Clara es la presidenta de la Comisión Provincial de Atención a Atletas así como miembro del Comité Provincial del Partido y delegada a la Asamblea provincial. Con orgullo nos dice que fue delegada al séptimo Congreso del PCC.
"Pienso casarme cuando regrese. No tengo hijos pero sí dos sobrinos, una de 18 y el varón de 21".
Dentro de las muchas anécdotas que atesora hay dos que recuerda especialmente. “Una fue cuando el Mundial de Alemania 98, y oíste un ruido, bajaste y nos viste de madrugada, a todas junticas, pegadas pues había un frío infernal, casi cero grado, y le preguntaste al DT que qué pasaba. Y cuando él te dijo que había indisciplina le respondiste que si estaba loco, que qué indisciplina era tan grande para tenernos pasando frío en el lobby del hotelito aquel de cuarta.
“En efecto, nosotras estábamos a ese hora viendo la tele, con tremenda gozadera, y tú nos salvaste de aquel castigo. Y cuando cuatro años más tarde fuimos al Mundial en China y nosotras no queríamos ir a la Muralla y te paraste en la guagua increpándonos que todo no era pacotilla (las compras) que había que tener cultura. Y para allá fuimos, y yo viéndolas subir y subir pues me quedé muy sentada abajo. ¡Qué momentos aquellos mi hermana!”
Ha pasado el tiempo, pero siempre entre mis amigas, esas que se guardan en el corazón, está esta cubanísima muchacha que comparte conmigo el criterio de que todos somos cubanos.
“Y sí, yo soy del criterio de que todos los deportistas cubanos estén donde estén puedan representarnos, mientras mantengan una postura decente, sin habernos ofendido. Por el hecho de querer mejorar económicamente, ninguno debe ser vetado a la hora de representar nuestra bandera.”
Todos los deportistas cubanos estén donde estén puedan representarnos, mientras mantengan una postura decente, sin habernos ofendido
(Imagen Ecured)
Archivado en: