En Miami, este miércoles, falleció el exboxeador holguinero Ángel Espinosa Capó, uno de los hombres de mayor pegada dentro de la historia del pugilismo cubano. Un ejemplo clásico que concilió todas las corrientes boxísticas dentro de la Escuela Cubana de esta disciplina, como un día manifestó su entrenador de siempre, Alcides Sagarra.
De acuerdo al reporte de El Nuevo Herald, Espinosa, de 50 años de edad, fue encontrado sobre las tres de la tarde en el gimnasio de Miami Garden donde impartía sus conocimientos. La causa del deceso aún está por determinar.
La información agrega que el laureado pugilista padecía de una fuerte migraña, presión alta y de un grado de ceguera que requería operación, además de un fuerte cuadro de asma, al punto de que al encontrarlo muerto una máscara de aerosol le cubría el rostro.
Luego de siete años en México, Espinosa se estableció en Miami en el 2010 e intentaba ocupar un espacio como instructor, con la ayuda de viejos amigos y fanáticos que lo admiraron en sus días de gloria sobre los cuadriláteros.
Su palmarés recoge un título mundial en Reno 1986 y otro panamericano en Indianápolis 1987; seis títulos nacionales en tres divisiones -71, 75 y 81 kilogramos-; y decenas de medallas de oro en otros eventos internacionales. Era el principal favorito de su categoría para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 y Seúl 1988, pero Cuba no participó en estas citas bajo los cinco aros por cuestiones de solidaridad socialista.
Cuando tuvo su oportunidad en Barcelona 1992, ya no era el mismo boxeador, luego de varios problemas personales. No obstante, nadie duda que Espinosa sea uno de los mejores boxeadores que ha tenido Cuba. Un fajador dueño de todas las distancias, con puños de hierro y corazón de gigante.
Descanse en paz, hermano.
con información de El Nuevo Herald
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