El impacto de su partida física no se ha ido, está tan latente como cuando ocurrió el trágico suceso, porque fue una despedida sin apenas un adiós, o un hasta luego. Su pérdida fue tan repentina que no seremos capaces de aceptarla jamás.
Su historia, la del crack José Fernández, es la del cubano vencedor, que contra viento y marea remó, trabajó, recogió sus frutos y triunfó. Y eso lo sabe el mundo, de ahí que el actual propietario de los Miami Marlins, Jeffrey Loria, reveló que pretende homenajear al villaclareño con una estatua gigante en algún sitio importante en las afueras del Marlins Park.
Loria señaló que ya se han dado los primeros pasos al elegir al escultor y se están mirando fotografías de Fernández para elegir la que mejor ofrezca una imagen del ídolo de millones, el tipo guapetón sobre el box y sensible y cariñoso como un niño en el clubhouse o lejos de un terreno.
"He visto cientos y cientos de fotografías con el escultor, así como gestos de José para intentar que quede perfecto'', explicó Loria. "Nadie más se va a involucrar en una pieza de escultura como yo, ¿cierto? He pasado 50 años en ese mundo [de las artes]'', expresó en una entrevista con ESPN.com.
Se pudo conocer, además, que durante los últimos días Loria ha contratado los servicios de William Behrends, quien realizó las estatuas de Willie McCovey y Willie Mays, que adornan lugares públicos en el parque de los Gigantes de San Francisco.
Hasta el momento, la pieza se fundirá en bronce y la única parte que llevará color será su guante de rojo y naranja que tanto apreciaba Fernández. La escultura, que pretende terminarse en un plazo aproximado de seis meses, tendrá una altura entre nueve y 10 pies, porque en palabras de Loria, "José era más grande que la vida misma''.
A esta altura, cuanto el partido está en su epílogo, cuesta creer que el lanzador superestrella de 24 años de edad esté muerto, que haya fallecido en un nefasto accidente, aquella madrugada del inolvidable 25 de septiembre, en la Bahía de Miami.
Sus actuaciones estarán bien guardadas entre nosotros, como si de un secreto se tratase.
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