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Tiene 80 años, vive en la localidad española “El Casar de Escalona” (en Toledo) y es la madrina de la llamada "Narcoprincesa", una joven treintañera colombiana que en sus visitas a España siempre pasaba a ver a su madrina para que le echara los caracoles, le purificara los collares, y de paso la "limpiara" a ella y a otros dos miembros de su red. Ello además de recomendar los mejores momentos para trasladar la droga o dónde esconderla.
Un reciente reporte del diario español ABC, aunque no cita nombres, alude al caso de la octogenaria de origen cubano, hija de españoles emigrados a Cuba y retornados a España tras la Revolución, que se ha convertido durante años en la madrina de la droga.
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Con su ayuda, su protegida presuntamente subió escalones en el difícil mundo del narcotráfico. Fuentes de la investigación han destacado al citado diario que la santera “Está en libertad por su edad, pero se le leyeron sus derechos y permanece imputada”.
Y es que su función no era sólo de tipo espiritual: “Si un traficante buscaba droga, ella sabía a quién recomendar. Su cabeza funciona a la perfección".
Incluso aseguran que llegó, tras un ritual purificador con sangre animal, a proponerle a su narcoprincesa: “Sáltate a tu jefe”.
La abuela narco-santera compareció en el Grupo XV de la Brigada Judicial madrileña, pero no declaró y la dejaron en libertad.
Los policías registraron su casa pero, pese a que entraron en el cuarto donde "mira" a los creyentes y donde están todas sus imágenes, “los agentes no quisieron alterar nada”.
Comentan que la abuela narco-santera llegaba a cobrar 3.000 euros por sus consultas en busca de protección y de orientación, pero nada se ha constatado en las pesquisas. Otros aseguran que la santera no tenía tarifa, sino que apelaba a la voluntad de lo que quisieran darle.
"La Princesa", en cambio, ha seguido fiel a su madrina, a la que tiene como maestra espiritual desde hace muchos años pese a los fracasos.
De momento, el resultado de las pesquisas arroja 500 kilos de cocaína, extraída a golpes del interior de unos ladrillos; más de 200.000 euros y 25 detenidos, aunque ninguno de ellos es la narcoprincesa, quien se presume que se encuentran en Colombia.
Entre los detenidos está un clan valenciano de narcos que se gastaban 200 euros en invitar a desayunos en Ibiza o que cerraban restaurantes de lujo para festejar el cumpleaños de la esposa de uno de los jefes.
“Madrina, necesito que me mires”, esa era una señal. Los policías al escuchar esa frase sabían ―tras meses de seguimientos complicados― que probablemente los narcos iban a recibir una partida de cocaína.
Mientras tanto, la octogenaria narco-santera cubana andará preguntando a los santos si conseguirá, como todo parece indicar, evadir la cárcel.
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