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Apenas unas horas antes del campanazo inicial de la pelea entre Wladimir Klitschko y Anthony Joshua, el pasado 29 de abril, la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) cambió su decisión y declaró que le concederían al vencedor un "permiso especial" para hacer una defensa más voluntaria antes de enfrentar al cubano Luis Ortiz, el invicto contendiente número uno entre los pesos pesados.
Después de detener a Klitschko en once asaltos, el británico Joshua manifestó que su deseo es darle una revancha al histórico pugilista ucraniano, quien tiene derecho a un nuevo combate negociado contractualmente. Además, dijo que podría contender con su compatriota Tyson Fury.
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Todo este panorama ha dejado muy mal parado a “King Kong” Ortiz, quien a sus 38 años de edad, obviamente, no está para nada feliz y ha amenazado con acciones legales si su próxima pelea no es por el título de la AMB. El gigantón está molesto, y con razón.
Expliquemos. Ortiz fue anunciado por la AMB como rival del vencedor entre Joshua y Wladimir Klitschko. Tras ganar, Joshua pidió un “permiso especial” para poder elegir él su próximo rival, pero ¿y Ortiz?
La medida fue aprobada, motivo por el cual el pugilista cubano no piensa quedarse de brazos cruzados y alargar su posibilidad de luchar al menos por un cinturón. “El boxeo es un deporte y no un negocio, y no es justo conmigo que se le dé un trato especial a Joshua, solo porque alguien está soltando dinero (…) Ellos (la AMB) le dijeron al mundo que yo era el próximo… Lo único que quiero es ser tratado con justicia y no pido lo que no me he ganado”, manifestó el camagüeyano a BoxingScene.com.
“Estoy listo para la pelea más grande de mi vida", añadió. La mala noticia es que una revancha por el título entre Joshua y Klitschko daría un lleno completo en cualquier instalación del mundo, y aunque no hay nada oficial, eso es lo más seguro que pase. En el boxeo, lo primero es el dinero, luego se habla del resto.
con información de BoxingScene.com
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