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La Habana, 30 may (EFE).- Junto a la progresiva y lenta apertura de Internet en Cuba, comienza a abrirse paso también una pequeña comunidad de youtubers. Se trata de una generación de milenials que comparte su vida de forma humorística en la red, en medio de las dificultades de conexión en la Isla, donde a pesar de eso han logrado captar seguidores.
Kevin, José y Anel, son tres amigos de 18 años que crearon hace un año "Palanganeando", un proyecto audiovisual en el que publican 'sketches', parodias, entrevistas y monólogos.
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"Hicimos un video hace un año de broma que alcanzó una gran distribución que se nos fue de las manos. La gente nos saludaba por la calle y nos pedía una segunda parte. Entonces pensamos seguir con eso un poco más en serio", contó Kevin a Efe.
Curiosamente se convirtieron en una suerte de youtubers sin tener cuenta en esa red social para compartir vídeos, ya que sus primeros montajes se divulgaron por "El Paquete", un sistema de distribución de contenidos "offline" en memorias digitales que funciona en la Isla desde hace años ante la ausencia de internet.
En Cuba la conexión en los hogares no está extendida y la mayoría de los cubanos navega en alguna de las casi mil zonas wifi públicas que se empezaron a habilitar hace dos años, aunque el dólar y medio que cuesta la hora de internet está al alcance de pocos.
"El Paquete" abrió las puertas a los chicos de "Palanganeando" al público de todas las provincias de la Isla, donde acumulan seguidores. Solo desde hace un par de meses tienen cuenta en Youtube, donde cuentan con una audiencia internacional que les escribe desde España, Argentina, EE.UU. o Francia.
"Si hay un youtuber español como el Rubius, que todo el mundo conoce, o Germán en Chile, ¿por qué no puede haber youtubers cubanos? Vamos a contracorriente, pero se puede hacer", explica Kevin.
Su popularidad entre los milenials cubanos hizo que el portal independiente de noticias "El Toque" cuente con ellos para abordar, en tono fresco y desenfadado, temas sociales como el servicio militar, el ocio juvenil o las modas, vídeos que sobrepasan las 500 visualizaciones.
La productora Black Box y la agencia de publicidad High Vista se ocupan de promocionar los trabajos de estos chicos, que incluso fueron contratados para hacer de maestros de ceremonias en eventos y esperan poder dedicarse profesionalmente a la carrera de youtubers.
Con más de 400 seguidores en su canal, Alex Deben, de 18 años, lleva un año publicando semanalmente sus monólogos -editados con efectos especiales y música-, en los que disecciona con humor la idiosincrasia de la Isla con temas como el transporte público o el comportamiento de un cubano en un hotel.
"Uno nunca sabe lo que va a gustar. Nadie sube un video con la certeza de que va a ser viral. La magia de Youtube es que no hay un código y hay público para todos los gustos", afirma Alex, que espera que Internet se siga abriendo en Cuba.
Su video con más visitas, que supera las mil visualizaciones, habla del incipiente movimiento de youtubers cubanos compuesto por aproximadamente una decena de milenials.
"Ser youtuber no es fácil en Cuba. A veces puedes estar dos horas para subir un video de cinco minutos, pero lo hacemos porque nos gusta", asegura Alex, quien se graba a sí mismo en su casa con una cámara profesional que le regaló su madre.
Con fines más promocionales, la bailarina Lia Rodríguez se abrió hace un par de meses su canal de Youtube en el que comparte su día a día, sus ensayos, sus restaurantes de La Habana preferidos y da consejos de belleza.
"La idea de hacerme youtuber partió de mi intención de separarme de compañías de danza para las que he trabajado toda mi vida y desarrollar mi carrera en solitario. Una forma de darme a conocer y promocionar mi trabajo", explicó Lia, conocida en la red como "The Cuban Insider".
Su coreografía por las calles de La Habana de una versión salsera del éxito "Uptown funk" de Bruno Mars, logró más de 6.000 visualizaciones en dos semanas.
"La ventaja es que yo cuento en mis videos con un lenguaje universal, que es la danza, que todo el mundo entiende y le gusta", explica.
Consciente de que Cuba está de moda, su canal de YouTube pretende ser una ventana a la "isla prohibida", en la que muestra los entresijos de la interesante escena artística cubana y entra en contacto con artistas de otros países.
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