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El actor cubano Jorge Perugorría afirmó ayer lunes en Costa Rica que no solo su carrera profesional cambió tras la interpretación de Diego en "Fresa y Chocolate", sino que, además, a partir del filme comenzó una reivindicación de "la población no heterosexual" en el país, y gracias a ello hoy Cuba es "un poco más tolerante". Perugorría arribó esta semana a San José acompañado del escritor Leonardo Padura para ofrecer una serie de charlas y conversatorios.
"Todo el reconocimiento que yo pueda tener como actor gracias a mi trabajo es algo que lo tomo en cuenta en el sentido de compromiso, pero no en el sentido personal. Me interesa más lo que me queda por hacer que lo que he hecho. Me interesa más estar intentando reinventarme como actor, como artista en general, que el trabajo que ya uno ha hecho. Uno acepta ese reconocimiento, pero no vive de eso. Lo que me alimenta es lo estoy haciendo ahora: el último proyecto, el último sueño, la última ilusión," respondió Perugorría al diario La Nación.
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"Eso me abrió las puertas de otra cinematografía y comencé a trabajar como actor en Europa y Latinoamérica. Los años también me hicieron ponerme detrás de la cámara, empezar a hacer documentales y a dirigir largometrajes. También encontré la pintura como otro camino más de expresarme," añadió más adelante.
Perugorría explicó además que, a pesar de "la fama" y su extensa trayectoria como actor, ahora le llegan menos propuestas que hace unos años, cuando "tenía más oportunidades de escoger entre guiones, me solicitaban más los directores y los productores".
Respecto a su papel protagónico en la serie "Las cuatro estaciones en La Habana", donde interpreta al detective Mario Conde, Perrugoría destacó que junto a Padura, autor de la tetralogía de novelas, intentaron muchas veces encontrar directores y productores de otros países para echar adelante el proyecto, hasta que "se hizo en el mejor momento porque ya yo estaba con una madurez como ser humano y actor, ideal para interpretar a un personaje tan lleno de matices como Mario Conde".
todo el mundo tiene un Mario Conde en su cabeza.
El actor dijo que al interpretar a Conde "tuvo todos los temores del mundo, fantasmas y miedos, pero también toda la motivación para enfrentarlos." Según él, el personaje "nos representa a nosotros (...) un personaje profundamente cubano con rasgos de cómo habla, cómo piensa, cómo vive...
con información de La Nación
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