El Memorial Barrientos de Atletismo bajó sus cortinas en horas de la tarde de este domingo 28 de mayo. En La Habana, Cuba, se reunieron alrededor de 320 deportistas de nueve naciones: Costa Rica, Honduras, Curazao, Estados Unidos, México, Trinidad y Tobago, Guatemala, Honduras y el país anfitrión.
La sede del evento atlético fue el estadio Panamericano, instalación deportiva inaugurada en el año 1991, a pocos metros del litoral norte de la capital de la Isla.
Cuenta la historia que en sus inicios el espacio contó con modernas pizarras electrónicas de información al público, sistema de audio e iluminación para las trasmisiones en colores –téngase en cuenta su fecha de apertura-, cafeterías, baños y taquillas para deportistas y oficiales, enfermería y locales para el trabajo de la prensa nacional y extranjera.
Todo eso, lamentablemente, es mera historia.
Hoy, el estadio Panamericano está muy lejos de ser una locación de primer nivel, y su pista sintética, en extremo deteriorada, tiene menos color azul que un cielo encapotado y pendiente de lluvia. Y la zona destinada para los saltos (largo y triple) tiene tantos baches como cualquier otra vía de La Habana.
A pesar de todo, siguen saliendo campeones, quienes entrenan en condiciones difíciles y muchas veces se lesionan por esta delicada situación.
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