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Un nuevo plebiscito para convertir a Puerto Rico en un estado más de EE.UU se lleva a cabo este domingo impulsado por el gobernador de ese territorio Ricardo Rosselló, informó la cadena Univisión Noticias.
Según la publicación, el voto no tendrá un impacto práctico inmediato, pero si la nación caribeña acepta el cambio de estatus político “se crearía un conflicto con el Congreso”, que tras cuatro plebiscitos similares no lo ha aceptado.
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Los impulsores de la propuesta, el partido de Rosselló, argumentan que la estadidad ayudaría a que Puerto Rico reciba más fondos federales y así “paliar los efectos de una larga recesión que ha hecho que cerca de medio millón de puertorriqueños se vayan a la parte continental de Estados Unidos”.
“Puerto Rico se encuentra en el punto más crucial de su historia moderna, donde su modelo político-económico ha colapsado, la sociedad ha hecho crisis, el gobierno no puede auto-sostenerse y hemos visto con mucho dolor cómo los nuestros parten en busca de una mejor oportunidad de calidad de vida”, dijo el senador oficialista Carmelo Ríos.
Los puertorriqueños elegirán este domingo entre tres opciones: estadidad, libre asociación/independencia o el actual estatus territorial. Si la mayoría apoya “libre asociación/independencia”, habrá otro referendo a principios de octubre con esas dos opciones.
En el plebiscito anterior, realizado en el año 2012, el 54% de los puertorriqueños dijo que quería algún tipo de cambio de estatus y, de ellos, un 61% respondió a una segunda pregunta diciendo que ese cambio debía ser la estadidad. Sin embargo, casi medio millón de personas dejaron esa segunda casilla en blanco.
Por otro lado, tres partidos políticos isleños cuestionan por qué el gobierno gasta más de 5 millones de dólares para convocar una votación en medio de una crisis, teniendo en cuenta además que el Departamento de Justicia de EE.UU no ha apoyado la consulta.
“Si la isla pasase a ser un estado, los puertorriqueños tendrían que pagar millones de dólares en impuestos federales”, señaló Manuel Calderón Cedrame, vicepresidente de la rama juvenil del principal partido de oposición, según recoge el resumen de Univisión.
Incluso si hay un ganador claro el domingo, nada cambiará sin el visto bueno del gobierno estadounidense, destacó Barreto. “Todo está en las manos del Congreso (…) y tengo fuertes sospechas de que el Congreso probablemente ignore los resultados del plebiscito y, después de una semana, haga de cuenta que no hubo uno”.
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