Juan Francisco Centelles: “Prefieren que el salto de altura siga en crisis a darme a mí la oportunidad de entrenar en mi país”

“No sé quién me puso el letrerito de conflictivo, he logrado resultados con varios saltadores que han sobresalido en certámenes como la Copa Cuba y el Barrientos. Sin embargo, nunca me propusieron convertirme en entrenador del equipo nacional y optaron por enviarme de misión a Brasil, Nigeria, ahora en Nicaragua", señala

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Este artículo es de hace 7 años

Por allá, por la no tan cercana época en que comenzaba yo mis andares por las pistas cubanas, cayéndole detrás a los grandes del atletismo cubano de los años 80: María Caridad Colón, Aberto Juantorena, Silvio Leonard, Yeya Pentón, comenzaba su bregar por los colchones del salto de altura un espigado joven llamado Juan Francisco Centelles, quien antes de la era Sotomayor, fue el más grande, el más estable, el más seguro de nuestros especialistas en eso de brincar mirando al cielo.

“Nací en Lawton, municipio capitalino de 10 de Octubre, aunque desde los 14 años vivo en la Villa de Pepe Antonio, Guanabacoa.


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“Comencé en el atletismo a los 14 años, después de haber practicado fútbol por 2 años en el CVD (Complejo Voluntario Deportivo) Ferroviario, y lucha libre en el Rafael Conte ambos en Lawton.

“Un profesor de Educación Física de la Escuela Primaria "Nguyen VanTroi" de apellido Tellería me llevó a una competencia inter escuelas en el CVD Ciro Frías. Ahí fui captado por Luis Rodríguez Martínez. Este fue el primer gran paso en la pirámide del alto rendimiento pues a los 4 meses ya competí en las provinciales para pasar a ser matrícula de la Pre Eide 'Rubén Martínez Villena' y luego de la EIDE Mártires de Barbados.

“Yo soy fundador de esa escuela del Cotorro y tuve la gran suerte de ser alumno de la que considero mi gran maestra y hada madrina, Regla Sandrino Izquierdo, a quien le agradezco todo cuanto sé de mi especialidad y lo que soy como ser humano. Es Regla de esas personas que te marcan para toda la vida.”

Como parte de la familia cubana del atletismo corroboro las palabras de Centelles pues la Sandrini ocupa un lugar destacadísimo en la pléyade de entrenadores que siendo muy jóvenes, encauzaron al campo y pista cubanos, y más allá de campeones forjaron hombres y mujeres honestos y desinteresados.

“En septiembre de 1978 ingreso en la ESPA Giraldo Córdova Cardín bajo las orientaciones del mismo hombre que condujo a la cima a Javier Sotomayor, el profesor José Godoy. Ya yo me elevaba por sobre los 2 metros 11 centímetros y me había ganado un puesto en la preselección nacional. Sin embargo, nuestros caracteres no compaginaron, y a partir de septiembre del 83 pasé a entrenar con Ricardo Guadarrama, quien asume a Silvia Costa (excelente saltadora de altura que aún posee el récord nacional, 2 metros 4 centímetros, y fue subcampeona mundial en Sttugart 93) y a Jorge Alfaro.

“Corría el año 1987, y el 'Guada' solicita mi baja porque con 26 años y sólo 2,24 como marca personal, era prácticamente imposible conseguir un mejor resultado de mí.

“Fue entonces que de nuevo surge en mi vida Regla Sandrini, que seguía siendo instructora en la Mártires de Barbados y ya en el 1988 lograba elevar mis marcas a 2,27 y 2,29 metros, este último registro logrado en una competencia en la antigua Checoslovaquia.

“A pesar de ello no me eligieron para participar en la tradicional gira que efectuaba el atletismo cubano por Europa, sobre todo por los entonces países socialistas, pero Regla logró que compitiera en una justa en Venezuela, donde me elevé a 2 metros 25 centímetros.

“A petición de Abelardo Freyre, otro técnico del equipo, me llevan al Torneo Iberoamericano en México en el año 88 y me ubico detrás del Soto con 2,31. El Príncipe de las Alturas, apenas un niño, pero fuera de serie, había marcado 2,35.

“Y de nuevo me vuelven a dejar sin competir en la gira donde Javier quiebra el récord del mundo y el 8 de febrero del 89 enfermo de la meningoencefalitis bacteriana que estuvo a punto de segar mi vida y me dejó 7 meses inválido.

“Cuando quise reintegrarme, luego de un año de rehabilitación, me negaron la licencia deportiva. Haber luchado tanto por mi vida y por volver al colchón de salto y se aparecían con esto. Fue ahí que apareció Manuel García, comisionado provincial ya fallecido, quien ante mis reclamos me dijo que si lograba saltar 2 metros 30 centímetros, me readmitía en el equipo.

“Pasé momentos angustiosos. Por un lado, trabajar para mantener a mis hijos, 3 en esos momentos; segundo, el Soto nunca resultó amistoso conmigo porque planteaba que yo había abandonado a Godoy (algo que no viene al caso explicar porque, sencillamente, fue un problema personal que influía en mi entrenamiento). O sea, muy difícil me las veía, yo solo, sin apoyo, sin una mano amiga.

“Quiero aclarar que hoy día mantengo las mejores relaciones con Javier Sotomayor, y que en su momento todo fue aclarado. Sí creo que él puede hacer más por el salto de altura en nuestro país, en búsqueda de un talento que incluso pueda romperle sus récords del mundo; por lo demás es una magnífica persona.”

En esto, sin embargo, no concuerdo con mi entrevistado porque doy fe de que el Soto ha apoyado a cuanto joven baluarte ha aparecido, un ejemplo fue Víctor Moya, plata mundial en Helsinki 2005, e, incluso, organiza el Festival “In Memoriam”.

“No sé quién me puso el letrerito de conflictivo, he logrado resultados con varios saltadores que han sobresalido en certámenes como la Copa Cuba y el Barrientos. Sin embargo, nunca me propusieron convertirme en entrenador del equipo nacional y optaron por enviarme de misión a Brasil, Nigeria, ahora en Nicaragua.

“Cada vez que tenía un saltador que prometía, por ejemplo, Mestre que andaba por los 2,25 y Jean Carlos, 2,20, me lo quitaban para dárselos a otros preparadores. Nada, que no es ser bonito sino caer bien, ¿o no?

“Víctor Moya, que parecía un nuevo monstruo del salto de altura, y creo que de no haberse lesionado lo hubiera sido, tuvo resultados de 2,27; 2,32 y 2,35. Él fue captado por mí en las edades juveniles y ni Guillermo de la Torre (entrenador de Javier después del fallecimiento del profesor Godoy) ni Pinillo, quien era entrenador auxiliar entonces, lo querían porque decían que tenía un defecto en una pierna que le impedía máximos resultados en su salto.

“Al final, a pesar de haber ganado la plata mundial, y lograr rehabilitarse de su lesión, fue separado de la preselección en el 2013, precisamente en el año que conmigo ganó la Copa Cuba. ¿quién lo entiende?

“Prefieren que el salto de altura siga en crisis a darme a mí la oportunidad de entrenar en mi país. Prefieren que esté en Nicaragua, en República Dominicana, donde sea.

“Andy Martínez, Yordano, Carrillo, Raudelis, Daylen, Darián González, Luvone, Raúl Toxue son algunas de las figuras que recuerdo que han quedado en el camino, con condiciones y somatotipo ideales para la práctica del salto de altura.”

Sin comentarios. Prefiero cambiar el tono de la charla y preguntarle por su crecida familia.

“Tengo 5 hijos, 4 varones, todos de atletas: desde Brian que es el mayor con 29 años hasta Taimí de 10, Hiroshi, Natahaniel y Samuel.

“Mis actores favoritos son Samuel Lee Jackson y Angelina Jolie. Mi color es el azul y me gusta vestir pitusa y zapatillas, aunque en ocasiones, no me son ajenos los trajes, las guayaberas, los mocasines. Todo dependiendo de la situación claro. ¿Los perfumes?: Givenchy, Lacoste y Paco Rabanne.

“Ahora estoy entrenando en Nicaragua. Tengo a un atleta de un metro 95 centímetros, Frank Garth, que veo con talento. Solo llevo con él 3 meses. También tengo muchachos en 100, 200 y 400 y una jabalinista. Como ves, no me falta trabajo.”

Me despido de Juan Francisco, aquel joven agradable y muy guapo que me guiñaba un ojo cuando yo llegaba al estadio a cubrir un evento atlético; el mismo que lucha por sus hijos y que ha sabido labrarse un camino, sin enjuiciar lo que otros hagan.

“En cuanto a la situación del éxodo de deportistas buscando nuevos horizontes, claro que deben permitirlo. No estaríamos tan mal en la arena internacional, perdiendo incluso ante países más pobres y sin nuestro desarrollo deportivo. En el béisbol, por ejemplo, no hubiese tanto robo de talentos. Es cierto que la nueva política de contratación resulta muy provechosa, pero aquéllos que saben que pueden llegar a lo más alto no se van a conformar.

“Todos los cubanos deben ser elegibles para representarnos, verás que eso llegará algún día no muy lejano.”

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos