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Dos gasolineras ubicadas en la calle Flagler de Miami protagonizan una agresiva política de precios que ha provocado una bajada estrepitosa en sus precios ante el asombro de los conductores
Gas Express fijó el martes a 2.03 dólares el galón de gasolina regular, un precio que provocó las delicias de todos los que acudieron allí a repostar. En la acera de enfrente, en la gasolinera Rocket Fuel, los clientes estaban igualmente pasmados. El administrador de la tienda, Hassed Khan señaló: “A este precio, estamos vendiendo a costo, como se dice. No podemos vender más barato porque entonces perderíamos dinero”.
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Poco después de que las gasolineras fijarán este precio, y aunque Rocket Furel lo subió después hasta 2,05 dólares, gran cantidad de conductores acudieron a repostar a las gasolineras de la calle Flagler e incluso se formaron grandes colas de conductores que esperaban su turno para repostar.
Las colas están además altamente justificadas ya que el precio en estas estaciones es un promedio de 30 céntimos por galón más barato que en el resto de gasolineras de Miami-Dade.
Además, y aunque es relativamente habitual que las gasolineras realicen ocasionalmente políticas agresivas de precios, en este caso la guerra comercial se extiende por un periodo más largo al habitual ya que empezó el pasado 8 de junio, cuando Rocket Fuel bajó dos veces sus precios en cuestión de horas.
Por el momento no se conoce cuál ha sido el motivo de esta batalla comercial entre ambas estaciones. No obstante Patrick DeHaan, analista de petróleo del especializado portal GasBuddy.com., declaró al Nuevo Herald que con frecuencia estas batallas no responden a una estrategia comercial sino a un intento de hacer daño a la competencia.
Así DeHaan explicó que la guerra suele terminar a los pocos días cuando de los participantes “piensa que ha fastidiado bastante al otro y que ya es hora de terminar antes de que sea demasiado tarde y los dos terminen en la ruina”.
Sin embargo, según el especialista a veces se perpetúa la guerra de precios sin sentido y termina con ambos participantes agotados y sin recordar cuál fue el motivo que dio inicio a la batalla.
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