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La Habana (Reuters) - Los viajeros de Estados Unidos lamentan que Cuba vuelva a ser "la isla prohibida" después de conocer las medidas anunciadas por el presidente Donald Trump en Miami.
El revés al restablecimiento de las relaciones entre Washington y La Habana representa una mala noticia para los turistas que anhelaban tomarse un trago en el legendario bar Sloppy Joe's o sumergirse en una piscina de un lujoso hotel recién inaugurado en la capital cubana.
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"Se puede argumentar que uno puede tomarse un trago en cualquier parte, pero nosotros queremos ir a un lugar lindo y que es famoso", dijo Russell Francis, de 35 años, un profesor de educación especial de Houston, luego de visitar Sloppy Joe's, que se hizo un nombre durante la era de la prohibición de Estados Unidos en la década de 1920, cuando los estadounidenses acudían a La Habana a beber y a apostar con libertad.
El bar inmortalizado en la película de 1959 "Our Man in Havana" era frecuentado por estrellas de Hollywood como John Wayne, Spencer Tracy y Clark Gable. Muchos estadounidenses se van para disfrutar de su atmósfera de época desde que se anunció el acercamiento con la isla.
Si bien hay cada vez más inversiones privadas en La Habana Vieja, considerada una de las joyas de la arquitectura colonial en El Caribe, virtualmente todos los hoteles y restaurantes estatales pertenecen al Ejército cubano.
"Parte de lo bello de estar en la ciudad es el aspecto histórico", dijo Matt Flynn, de 30 años, un contador de Nueva Orleans, mientras caminaba por la popular Calle Obispo, llena de restaurantes y bares. Flynn dijo estar decepcionado por la decisión de Trump, pero que la comprendía.
Las reglas aún no están claras
Lauren Sivan, residente de Los Angeles de 39 años, dijo que estaba contenta de haber viajado a Cuba antes del anuncio de la nueva política de Washington, porque pudo hospedarse en el Gran Hotel Manzana Kempinski, operado por la unidad de turismo del Ejército, Gaviota.
La impresionante propiedad, situada en un centro comercial de la Belle Epoque que fue renovado, se inauguró este mes con la descripción del primer hotel de lujo de Cuba, con un enorme spa, terraza en el techo y un salón para fumar habanos.
"Simplemente estoy tan contenta de haber viajado ahora", dijo Siva, quien estaba de visita en Cuba por un fin de semana largo junto a un grupo de amigos.
Los visitantes estadounidenses se triplicaron tras el acercamiento entre los dos países anunciado en el 2014, alentados por un plan de Obama de reducir las prohibiciones de viajes. Muchos llegaron bajo la categoría de "intercambios culturales" informales que Trump ha decidido eliminar.
Estadounidenses como Flynn y Sivan dijeron que no habrían hecho el viaje bajo las nuevas disposiciones de Trump, ya que convierten a Cuba en una suerte de "isla prohibida", situada apenas a unos 145 kilómetros al sur de Florida.
Aún persiste la confusión sobre lo que estará permitido o prohibido para los visitantes estadounidenses, que también podrían viajar bajo la categoría de "apoyo al pueblo cubano". Expertos dicen que aún deben verse los detalles de las regulaciones que serán redactadas en los próximos meses.
Tampoco hay certezas sobre como funcionará la prohibición para hacer negocios con compañías afiliadas al Ejército de Cuba.
Reporte de Sarah Marsh, editado en español por Marion Giraldo.
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