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El presidente norteamericano Donald Trump dijo este jueves que él no posee grabaciones de sus conversaciones con el ex director del FBI James Comey, y aseguró que no tiene idea de si existen tales cintas ni dónde están, con lo cual se le ha añadido otro capítulo más a la saga FBI-Rusos-Hackers-Inteligencia y por supuesto al principal novelón de todos: a la controversia Comey-Trump.
Trump, que en el momento de despedir el mes pasado a James Comey, sugirió que "existían" las cintas, y amenazó con ello a Comey, no sospechó que el funcionario despedido "se le había adelantado", y ya tenía "listos" para ser revelados, unos memos de sus conversaciones con el presidente.
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“No tengo idea de si existen ‘cintas' o si existen grabaciones de mis conversaciones con James Comey, pero no las hice”, escribió el Presidente en Twitter.
Analistas coinciden en señalar que, desde que Trump "amenazara" a Comey, y este frente al Comité de Inteligencia del Senado no solo dijera “¡Oh, Señor, espero que existan esas cintas!”, si no que además pusiera contra la pared al mandatario estadounidense, era más que probable que Trump no sacara las cintas - si existen - pues podría incriminarse aún más.
El Presidente y sus ayudantes hasta ahora se han negado firmemente a aclarar esa advertencia extraordinaria, aunque ambigua.
Trump afirmó el mes pasado a los reporteros, '' Les contaré sobre eso quizás en algún momento en el futuro cercano '', pero no ofreció pistas sobre si las cintas existen, aunque dijo que algunos periodistas '' estarían muy decepcionados ''
Algunos "especulan" con que la negativa de hacer públicas esas cintas constituye un intento por parte del presidente de obstruir la justicia, mientras otros con una mentalidad "más fertil" aseguran que "los hombres del Presidente", estarían trabajando en ellas, con el objetivo de borrar cualquier tipo de incriminación en algo "más gordo."
Con información de agencias y Twitter
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