El velocista cubano Yunier Pérez se robó la atención de millones de personas este miércoles al quedarse a solo tres centésimas del mejor sprinter de la historia, el jamaicano Usain Bolt. Durante la reunión atlética de Ostrava, República Checa, el oriundo de la actual provincia de Mayabeque no se amilanó corriendo justo al lado de “El Rayo” caribeño.
Bolt triunfó con 10.06 segundos, mientras que Pérez, todavía pendiente de obtener la nacionalidad española, cronometró el mejor tiempo de su vida, con 10.09.
Pero muy poco se conoce sobre “Yunito”, como le llaman sus allegados, quien nació el 16 de febrero de 1985 en San José de las Lajas.
Mientras integró la preselección cubana entrenó bajo el mando del reconocido Norberto Téllez y sus principales distancias fueron 200 y 400 metros.
Fue uno de los corredores del relevo 4×400 que ganó los Juegos Centroamericanos de Cali, Colombia, en el 2008, y terminase octavo en la final de los Juegos Olímpicos de Beijing ese mismo año.
Poco antes de decidir abandonar una delegación oficial, tenía sus mejores marcas, todas estampadas en el Estadio Panamericano de la capital cubana, en 10.22 en 100 metros, 20.75 en 200 y 46.72 en 400.
Luego de cambiar de aires y elegir a España como su nueva base de entrenamientos, comenzó a mostrar su fuerza.
Cuenta su historia que sus resultados al aire libre diferían a los de bajo techo, pues antes no ostentaba poderosas marcas personales. Pero desde el 2012 es un corredor completamente diferente, capaz de parar el reloj en 6.55 en los 60 y rebajar cuatro centésimas al año siguiente.
En el 2014, Pérez estableció la mejor marca mundial en los 60 planos bajo techo cuando hizo 6.49 segundos, igualando el añejo récord nacional establecido por Freddy Mayola en el 2000.
Hoy tiene 10.09 en el hectómetro y es el principal bólido de España, aunque no la pueda representar. Forma parte del club Playas de Castellón y, mientras espera la nacionalidad, está demostrando todo su potencial. Al menos eso dejó claro al acompañar por casi 100 metros a un Bolt que, aunque no está al tope de sus posibilidades, siempre presiona e impresiona.
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