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Sin duda alguna, cuando echamos una ojeada a nuestro pasatiempo nacional, en cualquier época ha habido peloteros muy valiosos que nunca, o muy pocas veces, han tenido la "suerte" de ser elegidos para estar, ni siquiera, en una preselección nacional para un Mundial, un Clásico, unos juegos múltiples.
Para muchos "son gente que no cae bien", como si ser pesado o no pudiera determinar la calidad como pelotero. Pero hoy converso con uno que no es pesado, todo lo contrario, y que ha hecho merecimientos más que suficientes para hacer el CUBA, máxime cuando en estos momentos carecemos de aquella elitista formación de lanzadores que tantas proezas protagonizaron en el ámbito internacional.
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Sin embargo, Danny Aguilera Rives, con 33 años, 16 Series Nacionales y magníficos números en ellas, nunca ha podido hacer un Cuba a eventos grandes.
"El gusto por la pelota empezó por mi padre, pues él jugaba las provinciales en la Isla de la Juventud como pitcher. Él es un fanático del béisbol y desde que nací viví rodeado de guantes, pelotas, bates, trajes.
"Desde mi comienzo siempre me vieron condiciones para lanzar, no así en el bateo. Recuerdo que con 7 años pisé los terrenos de la Escuela Protesta de Baraguá, pasé por la EIDE Flavio Álvarez y la ESPA del municipio especial Clara Zetkin. Mi primer entrenador fue Eduardo Willy Queley, conocido por haber sido el anotador del estadio Latinoamericano."
Resulta verdaderamente increíble que el equipo de la Isla de la Juventud, año tras año, luche y se cuele entre los grandes, a pesar del éxodo constante de sus mejores jugadores y de la poca cantidad de habitantes que tiene ese territorio comparándolo con La Habana, Santiago de Cuba, Pinar del Río, Holguín, Villa Clara. Es por ello que su afición siempre apoya a sus muchachos, esos piratas que son la sensación de la pelota cubana.
"Vivimos orgullosos de ser de este terruño; sin autosuficiencia, somos los mejores de Cuba. Piensa en la cantidad de muchachos que año tras año se nos van, en lo poco de dónde podemos escoger, en esos agotadores viajes en el catamarán" (utilizado para realizar los viajes desde la isla grande a la pequeña y que tiene su puerto en tierra firme en Batabanó, municipio de la hoy provincia de Mayabeque).
"Y si vamos a hablar de orgullo, qué decir de Mandy, Armando Johnson, mánager durante 28 años de nuestro aguerrido colectivo quien, además de dirigir, era un padre, un hermano, un amigo, siempre con sus consejos. Yo crecí con él y mucho de lo que soy se o debo a él. Es, resumiendo, de los grandes directores de la pelota cubana; ha dirigido CUBA juvenil y cadete."
"Hay muchos peloteros que admiro de toda la vida, y mi equipo Cuba ideal lo integraría con Ariel Pestano vistiendo los arreos; Antonio Muñoz, Antonio Pacheco, Germán Mesa y Omar Linares, en el cuadro. En los jardines, Luis Ulacia, Víctor Mesa y Osmany Urrutia, y por supuesto, Orestes Kindelán como designado. En el pitcheo como derecho Norge Luis Vera, zurdo Tati Valdés y relevista, Pedro Luis Lazo. Como dije quiero mucho a Johnson pero para mí el mentor de ese CUBA sería Rey Vicente Anglada, sabio, chispeante, amigo de sus peloteros, hombre a todas".
Próximo está ya el inicio de la quincuagésimo séptima Serie Nacional de Béisbol y, a pesar de que siempre pasa inadvertido por los dirigentes de la pelota cubana, Danny Aguilera le entra sonriendo a esta nueva campaña.
"Estoy en perfectas condiciones. Estamos preparándonos muy bien, hacemos una doble sesión y, específicamente, lunes, miércoles y viernes corremos y nadamos en la playa. Tenemos un instructor de natación que nos enseña ejercicios para fortalecer los planos musculares. Me va de maravillas gracias a Dios."
Nacido el 7 de septiembre de 1983, hijo de Ángel y Oneida, hermano de Laura, Danilo y Pavert y esposo de Mislenys, Danny Aguilera sueña completar su felicidad con la llegada de un bebé, que aunque se les ha hecho difícil, él sabe que llegará con la ayuda de Dios y de la medicina cubana.
"Es más que un sueño. Mi esposa es divina y ella se lo está haciendo todo en pos de lograr esa quimera. Yo sé que sí, que pronto los bates o las muñecas animarán nuestro hogar en la Isla".
Pelotero modesto, excelente pitcher, Danny habla de algunos de sus buenos momentos en la pelota cubana.
"Un gran día fue cuando igualé el récord de salvados en una competencia con 27, que hoy día está vigente; otro al quedar segundos increíblemente solo superados por Ciego de Ávila, y cuando gané mi primer juego internacional en el Torneo Interpuertos de Holanda."
Aquí me detengo y le pregunto cara a cara: "¿Qué te han dicho, qué motivo esgrimen para que no hagas un Cuba grande?"
Danny contrae el rostro, su mirada se pierde en la lejanía y después vuelve a su rostro su amplia sonrisa: "dicen que porque yo no tiro más de 90 millas pero a mí no me convence. He sufrido mucho, nadie me tiene en cuenta haga lo que haga. No es justo. Y menos ahora que no sobran los talentos, todo lo contrario. Pero no me voy a rendir, voy a dar lo mejor de mí siempre en los terrenos de pelota hasta que me retire. Por el bien de la pelota en la Isla y en Cuba."
He sufrido mucho, nadie me tiene en cuenta haga lo que haga. No es justo
Este hombre de 34 años, cuya vida es el béisbol, es merecedor de algo más. Un equipo Cuba a Holanda y un tope contra Nicaragua no respaldan toda una vida con éxitos en la pelota.
Hace poco escribí "no es ser bonito sino caer bien" y es lo que creo que pasa con el pinero. Porque ¿qué otra razón hay para que, líder o entre los primeros en juegos salvados, año tras año, no sea más considerado?
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